La revuelta suní acelera la división territorial de Irak
Aunque el Gobierno anunció una gran ofensiva, el Ejército y las milicias chiíes son incapaces de tomar el control del norte
BAGDAD. Actualizado: GuardarEn la Estación del Norte de Bagdad no pierden detalle del avance militar y celebran la llegada de los primeros cinco aviones de combate rusos al país. El Ministerio de Defensa anunció una ofensiva a gran escala para recuperar el control de Tikrit, pero el Ejército, los voluntarios que acudieron a filas tras la fatua del gran ayatolá Sistani y las milicias chiíes son incapaces hasta el momento de expulsar a los milicianos del Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL) de la cuna de Sadam Husein. «Las comunicaciones con Tikrit y Mosul por tierra se cortaron el mismo día del levantamiento contra el Gobierno, las carreteras no son seguras porque el EIIL realiza controles sorpresa», denuncian los responsables de seguridad de la estación de donde salen los taxis compartidos y autobuses hacia las ciudades en manos de la insurgencia desde comienzos de mes.
«Aquí se trabajaba las 24 horas del día, ahora puede que tres o cuatro valientes se arriesguen a viajar», asegura un conductor que pide el anonimato y al que el golpe del EIIL sorprendió cuando estaba llegando a Mosul. «Me pararon unos hombres enmascarados, me obligaron a bajar del coche y me tiraron en una fosa en la cuneta. Durante una hora estuvieron revisando mis papeles y finalmente me dejaron continuar, estoy vivo gracias a Alá», relata el taxista. La falta de seguridad ha elevado el precio del servicio de 35.000 dinares (22 euros al cambio) a 150.000 (94 euros). Esta es la cantidad que pagan los que quieren escapar de Mosul para llegar a la capital.
Los andenes están desiertos y los restaurantes cerrados. Es una especie de zona cero donde el vacío es el principal testimonio de la guerra. En un extremo de la estación se percibe algo de movimiento, desde allí operan las líneas que van a Ramadi y Faluya, también focos insurgentes que se revelaron en diciembre contra el Gobierno. Los iraquíes son expertos en el arte de amoldarse a las situaciones más complicadas y ahora los taxis con dirección a las dos ciudades principales de Al Anbar funcionan, «pero no entran en el centro urbano, paran fuera, hay una especie de acuerdo de no agresión para que los civiles puedan moverse», confiesa Abu Diar, trabajador de la estación desde 2004, para quien «esto es peor que la guerra sectaria de 2006 porque han logrado partir Irak, es una especie de ocupación por parte de los terroristas». Esa «ocupación» afecta especialmente a las provincias de Al Anbar, Nínive, Saladino, Kirkuk y Diyala.
Abierto 24 horas
A muy pocos metros se encuentra la Estación del Sur de donde salen los servicios hacia las provincias sureñas, territorio chií donde se encuentran los lugares más santos de esta secta del islam a la que pertenece el 60% de los iraquíes. «¿Guerra? Aquí todo funciona como siempre, trabajamos las 24 horas y la situación es totalmente normal», señala un conductor que espera a los últimos viajeros que completen el pasaje de su furgoneta colectiva con destino a Simawa, un trayecto de tres horas.
Los viajeros acuden a la llamada de los conductores que gritan los destinos a donde se dirigen para intentar completar los vehículos y salir lo antes posible. En el centro de la estación una tienda vende camisetas de fútbol de todos los equipos imaginables y el restaurante se prepara para el primer Eftar del ramadán (momento en el que se rompe el ayuno al final del día). «Esto es otro país, en las provincias chiíes todo es seguro y no van a lograr llegar a nuestros lugares santos, no pueden», responde un pasajero que entra apresurado a por un coche que le lleve a Nayaf. Desde Bagdad hasta Basora la vida es tranquila y ajena a la convulsión de las provincias de mayoría suní.
Sin billetes para el Kurdistán
La imposibilidad del transporte por carretera ha disparado la demanda de billetes aéreos en las rutas domésticas hacia el Kurdistán. Las carreteras entre la región autónoma (KRG, por sus siglas en inglés) y Bagdad atraviesan las zonas suníes y por eso la única opción posible es volar. «El primer billete a Erbil está disponible el 3 de agosto y eso que Iraqi Airways ha duplicado la frecuencia y hay cuatro vuelos diarios», informa Ahmed Salah, responsable de la agencia de viajes Ababeel en el céntrico barrio de Karrada.
Este aislamiento temporal hace de la KRG una zona aún más independiente de Bagdad y, pese a tener a las provincias en manos del EIIL en sus fronteras, sigue siendo un territorio seguro al que muchos iraquíes se desplazan huyendo de las disputas sectarias. Una zona a la que los kurdos han sumado las zonas en disputa con el Gobierno central ya que, tras la huida del Ejército, son sus peshmerga quienes llenan el vacío de poder dejado en el norte y marcan la primera línea frente al EIIL.