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La disidencia chavista pone contra las cuerdas a Maduro
La militancia de base y dos exministros secundan las críticas por la corrupción y la falta de liderazgo del Gobierno venezolano
LA HABANA. Actualizado: GuardarEl chavismo deberá encarar un debate interno sobre el rumbo del proceso revolucionario después de que el poderoso extitular de Planificación, Jorge Giordano, cuestionase en una carta el liderazgo de Nicolás Maduro y la corrupción de algunos altos cargos. Puso el dedo en la llaga pero no se quedó solo. Dos exministros y movimientos de base de la corriente política fundada por el fallecido Hugo Chávez para sostener su socialismo del siglo XXI lo apoyaron. Como contrapartida, el canciller Elías Jaua pidió no dejar solo al presidente, mientras Diosdado Cabello hizo un llamamiento para mantener la «unidad».
El jefe del Estado venezolano confesó que le dolía que creyesen que es «un censor o un Stalin» y anunció un inminente cambio en su equipo de gobierno en unos quince días. La carta de Giordani, confesando su preocupación por las irregularidades en la extinta Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) y los fondos del país, abrió una peligrosa caja de los truenos.
Los efectos fueron casi inmediatos. Dos exministros de Chávez, Héctor Navarro (Educación) y Rafael Isea (Finanzas), secundaron a Giordani. «¿El traidor es Giordani porque denunció la entrega de dólares a empresas en maletín y propuso actuar para impedir que eso siguiera ocurriendo? ¿Traidores son, aunque nadie lo dice, los que repartieron los dólares que hoy requieren los hospitales o serían útiles para satisfacer las necesidades del pueblo? Creo que estamos desviando la atención de lo verdaderamente importante», escribió Navarro. Sus dudas fueron castigadas y se le apartó de la dirección nacional del Partido Socialista (PSUV).
Entonces Isea calificó esa sanción de «gravísimo error». Y escribió en Twitter: «No se debe confundir la crítica con la conspiración, ni la lealtad con la sumisión». Agregó: «Imagino a miles de funcionarios callados ante la corrupción». La vicepresidenta del Parlamento latinoamericano, capítulo Venezuela, Ana Elisa Osorio, añadía en la misma red social: «Exhortamos a la Asamblea Nacional a que desempolve la ley contra la corrupción y se castigue a los corruptos. Esos son los grandes traidores a la revolución».
A finales de la semana pasada era la corriente política Marea Socialista, que pertenece al PSUV, quien convocó a una conferencia nacional abierta para el 19 de julio, previa al III Congreso del PSUV. «El muro de silencio que pretenden construir con descalificaciones, amenazas y persecución se ha resquebrajado con la carta de Giordani, que saco a relucir un debate necesario que ya no podrá cerrarse», decían en la convocatoria. Denuncian que un «sector del PSUV prefiere el silencio, propio de los regímenes antidemocráticos» y que «el Gobierno parece que se está quedando sin respuestas y errando el camino». La situación en el país no mejora y se agrava porque el partido ha cerrado las puertas a «la participación masiva y democrática de su militancia», agregan.
«Una izquierda trasnochada»
Ante la crítica interna, Maduro advertía que había llegado «la hora de definirse» para los chavistas de «la izquierda trasnochada». El mandatario dijo que «los pequeños burgueses vacilantes» querían confundir al pueblo «con ropaje de izquierda», unos «desleales» que «cuando fueron ministros fracasaron». De todas formas, el primer presidente obrero tendrá que ponerse las pilas. En octubre pidió poderes especiales para luchar contra la corrupción. «Si la corrupción sigue reproduciéndose y perpetuando su lógica capitalista, aquí no habrá socialismo», dijo.
Ocho meses después las acusaciones de corrupción crecen incluso entre colectivos tan fieles como la Coordinadora Simón Bolívar, del populoso y chavista barrio 23 de Enero de Caracas. En un comunicado plantearon que antes de «atacar y etiquetar como traidor» a Giordani «por hacer, a destiempo o no, lo que le dicta su conciencia», habría que exigir «al Gobierno que deje de proteger a quienes estafaron al país a través de Cadivi con empresas de maletín y funcionarios corruptos».
«¿No será el mismo 'a destiempo' con el que harán pública dicha lista, con todo el retraso en materia judicial, dando el tiempo suficiente para que maquillen las pruebas, salvándoles el pellejo a los más cercanos al Gobierno?», subrayaron, lamentando «el triste papel» que han desempeñado muchos funcionarios que se han visto manchados por la sombra de la corrupción». De extenderse el descontento, Maduro podría enfrentarse a un callejón sin salida.