Jóvenes ucranianos celebran en el Maidán de Kiev la firma de acuerdo de asociación con Europa. :: GENYA SAVILOV / AFP
MUNDO

Alegría en Ucrania, enfado en Rusia

Moscú amenaza a Kiev con represalias en las relaciones comerciales tras firmar Poroshenko del acuerdo con la UE

MOSCÚ. Actualizado: Guardar
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El presidente ruso, Vladímir Putin, reaccionó ayer con visible contrariedad a la firma del acuerdo de asociación entre la Unión Europea y Ucrania. «Los esfuerzos para llevar al pueblo ucraniano a hacer una elección artificial entre Europa y Rusia han dividido a la sociedad del país y provocado un doloroso enfrentamiento interno», tronó el jefe del Kremlin. Según su viceministro de Exteriores, Grigori Karasin, el acercamiento a la UE tendrá para Kiev «serias consecuencias».

Putin aprovechó la ceremonia de presentación de credenciales de 14 embajadores para subrayar una vez más que el cambio de poder en Ucrania en febrero fue un «golpe de Estado anticonstitucional». Y relacionó esta circunstancia y los enfrentamientos armados en el este del país con el compromiso adquirido ahora por Kiev con Bruselas. Se refirió también al «flujo de refugiados» hacia Rusia y a los «ataques» sufridos por periodistas rusos.

El rechazo del entonces presidente ucraniano, Víctor Yanukóvich, el pasado noviembre, a suscribir el acuerdo firmado finalmente ayer con la UE estuvo en el origen de la revuelta en el Maidán, la plaza de la Independencia de Kiev, que condujo a la huida del jefe del Estado y a su posterior destitución.

Karasin habló de consecuencias económicas y comerciales para Kiev, ya que, según sus palabras, «Rusia no podrá seguir aplicando las ventajas arancelarias que Ucrania ha aprovechado hasta ahora». El viceministro también alertó a Moldavia sobre posibles repercusiones negativas para el comercio bilateral. Además de Ucrania y Moldavia, en Bruselas firmó también un convenio la ex república soviética de Georgia, cuyas relaciones diplomáticas con Rusia llevan congeladas desde la guerra relámpago de Osetia del Sur, en agosto de 2008.

72 horas más de 'tregua'

El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, y los separatistas de las regiones orientales de Donetsk y Lugansk coincidieron en prorrogar el alto el fuego durante 72 horas más, hasta el lunes, para tratar de continuar las conversaciones de paz. Poroshenko declaró la tregua el día 20 para un plazo de 7 días, aunque la medida no se ha respetado. Las milicias prorrusas, según Kiev, continúan sus ataques y obligan al Ejército ucraniano a responder.

En Estados Unidos y la Unión Europea existe el convencimiento de que detrás de los separatistas está Rusia, por lo que adviertieron ayer de que si para el lunes la situación no ha mejorado en el este de Ucrania, Moscú se enfrenta a la posibilidad de una nueva tanda de sanciones.

Poroshenko exige a los insurgentes que depongan las armas y ayer su ministro de Interior, Arsén Avákov, aseguró que si no lo hacen antes del lunes tendrán una «respuesta dura». El presidente de la Rada (Parlamento), Alexánder Turchínov, fue más explícito al aclarar que si la paz no llega por las buenas, «no tendremos otra alternativa que decretar la ley marcial y resolver la situación por la fuerza». Pero Moscú y los sublevados insisten en que cualquier proceso negociador debe ir precedido de una retirada de tropas de Donetsk y Lugansk.