El poder sanador del fútbol

La locura que se desata por el fútbol, y más en un Mundial, supera lo imaginable en Brasil o en Argentina, donde el deporte rey lo impregna todo. Los milagros dicen que existen, como las meigas, que haberlas 'haylas', pero llama la atención la inusitada fuerza de los sorprendentes discapacitados que en estadios del Mundial se levantan de sus sillas de ruedas para celebrar los goles e incluso caminan por las gradas con el aparatoso asiento en alto sin el menor reparo.

La picaresca se extiende en este mundillo donde vale todo con tal de ver un partido, pero esto ya es el colmo de la desfachatez. Por suerte, a estos supuestos minusválidos los han cazado a través de las redes sociales. Twitter, un manantial de información, se ha chivado esta vez.

Los dirigentes de la FIFA, como casi todos, han visto esas curiosas fotos y, según su director de marketing, Thierry Weil, el organismo rector del fútbol internacional investigará estos fenómenos extraños. No hay que ser un lumbreras para colegir que, según todas las pesquisas, parecen falsos casos de paralíticos. O al menos hay indicios, que diría un purista de las leyes y el Derecho. «Si alguien va en silla de rueda al estadio y se levanta para celebrar un gol o lamentar el fallo de una ocasión, no es un milagro del fútbol, nos están engañando. Tendremos que analizar lo que ocurre y no permitir más el acceso de esa gente a los estadios», dijo Weil, cariacontecido. ¿Reventa? ¿Falsificación de localidades? Los temores de la FIFA son fundados.

Las alarmas se activaron durante el encuentro entre Brasil y México, cuando una pareja de presuntos discapacitados brasileños dio la nota en el estadio Castelao de Fortaleza. Durante el emocionante choque, en el que el portero 'Memo' Ochoa frenó a Neymar y se convirtió en el primer héroe del Mundial, esas dos personas se pusieron de pie con suma facilidad para observar mejor las incidencias del partido, según muestran las fotos. Pero hay más. Según informa canchallena.com, en el partido entre Argentina e Irán algunos hinchas albicelestes solicitaron a la organización sillas de ruedas para entrar al campo como discapacitados y una vez dentro las dejaron tiradas en las gradas.

La FIFA esgrime como argumento exculpatorio que tuvo que cumplir con la ley brasileña, que exige que al menos un 1% de las entradas del Mundial se destinen a gente con alguna discapacidad. Asimismo, esas personas tienen la opción de exigir una localidad gratis para un acompañante. La norma dicta, sin embargo, que para poder acceder a esas entradas especiales se tiene que presentar un certificado médico que constate el problema. En Brasil los milagros están a la orden del día. Y no los obran, precisamente, los conocidos atletas de Cristo.