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Kerry pide a los kurdos que apuesten por la unidad
EE UU recurre al grupo más independentista para mantener unido un país roto por la lucha sectaria entre chiíes y suníes
ERBIL. Actualizado: GuardarJohn Kerry concluyó su viaje relámpago a Irak con una visita al Kurdistán en medio de un levantamiento antiBagdad que ya ha dejado más de mil muertos, según la ONU. Estados Unidos apuesta por la vía política como la única salida a la crisis que sufre el país árabe tras la rebelión de las provincias suníes y el secretario de Estado pidió a las autoridades kurdas «contribuir activamente» en hallar una solución. Una petición alejada de los planes del presidente de la Región Autónoma Kurda (KRG, por sus siglas en inglés), Masud Barzani, para quien «es muy complicado que Irak siga unido». El discurso de Barzani ante Kerry fue más moderado que el que ofreció durante su entrevista con la cadena CNN en la que habló también de que «ha llegado la hora de que los kurdos decidan» sobre su permanencia en Irak.
Estados Unidos pide ayuda al grupo más independentista de Irak para mantener unido un país roto por la lucha sectaria entre chiíes y suníes, que desde el 9 de junio ha dejado en manos de la insurgencia prácticamente un tercio del territorio ante la espantada del Ejército. El lunes Kerry se entrevistó con el primer ministro interino, Nuri al-Maliki, para pedirle la formación de un gobierno de unidad nacional de la forma más rápida posible, pero el dirigente chií sabe que no cuenta con los apoyos necesarios en la cámara y prefiere desviar el debate de su falta de liderazgo a la «amenaza para la paz regional y mundial» que supone el avance del Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL).
Una amenaza ante la que EE UU está «plenamente preparado para usar la fuerza militar» en ayuda para el Ejecutivo de Bagdad, declaró Kerry a la cadena CBS al final de su viaje a la zona kurda. Aunque todas las opciones estén sobre la mesa de Barack Obama, el diplomático advirtió que «no vamos a tomar una decisión sobre el uso de la fuerza en una situación de vacío de poder» como la que sufre ahora el país, por lo que cualquier acción militar «está vinculada al éxito a largo plazo que sólo puede obtenerse con un liderazgo que unifique a Irak».
Disputa por la refinería
Mientras en los despachos comienzan a aparecer listas con posibles sustitutos de Al-Maliki que generen algo más de consenso, el EIIL se consolida como la punta de lanza de una insurgencia que desde hace una semana combate por el control de la refinería de Baiji, 200 kilómetros al norte de Bagdad. Las informaciones sobre la marcha de los combates son confusas y ambos bandos se atribuyen el control de esta instalación clave para la producción nacional de combustible. Algo similar ocurre con los puestos fronterizos de Traybil, con Jordania, y Al- Walid, con Siria, que insurgentes y Ejército aseguran tener bajo control. El que sí admite Bagdad que está en manos de la oposición armada es el de Qaim, también hacia Siria, lo que allana el camino al sueño del emirato en el corazón del mundo árabe que pretende instaurar el EIIL.
La violencia ha dejado al menos mil muertos y mil heridos, la mayor parte civiles, desde comienzos de junio, según la estimación realizada por la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, un nivel de violencia que devuelve a Irak a números que eran habituales en 2008. «Esta cifra, que debería ser vista como un mínimo, incluye varias ejecuciones sumarias confirmadas y asesinatos extrajudiciales de civiles, policías y soldados que estaban en combate», detalló el portavoz del organismo internacional Rupert Colville.