Rajoy insta a Mas a que proponga una salida a Cataluña que no sea la consulta
El presidente dice que los últimos movimientos del presidente catalán, que pide la mediación de Felipe VI, no suponen ninguna novedad
GDANSK (POLONIA). Actualizado: GuardarMariano Rajoy considera que ni las encuestas que reclaman al Gobierno un gesto con la Generalitat para desbloquear el pulso soberanista ni la declaraciones de Artur Mas, que vería con buenos ojos la mediación de Felipe VI en el conflicto entre ambas administraciones, suponen novedad alguna. El jefe del Ejecutivo mantiene su hoja de ruta ante las pretensiones soberanistas de CiU y Esquerra que, básicamente, se reduce a la exigencia al presidente catalán a que «retorne a la senda» de la sensatez y ponga fin a su desafío independentista.
El presidente de la Generalitat aseguró durante el fin de semana que daría «una, dos o tres oportunidades» al nuevo Monarca para que logre un arbitraje satisfactorio para sus objetivos, es decir, que el Ejecutivo permita de alguna manera la celebración de la consulta, prevista para el 9 de noviembre. Rajoy, en un encuentro con periodistas minutos antes de participar ayer en la X Cumbre Bilateral España-Polonia en la ciudad de Gdansk, instó a Mas a que «si tiene alguna cosa que plantear que no sea el referéndum ilegal, porque todo el mundo le ha dicho que es un referéndum ilegal, que lo haga».
El líder del PP no quiere pasar a la historia como el presidente que puso en peligro la unidad de España y, por lo tanto, no hará nada para comprometer esta unidad como permitir la celebración de un referéndum de autodeterminación sobre un aspecto esencial para el futuro del país, y sobre el que tendría que votar todos los españoles, no sólo los catalanes, tal y como repiten desde el Ejecutivo.
Mariano Rajoy abundó en que, hasta el momento, la Generalitat sólo ha puesto sobre la mesa la fecha y la pregunta de la consulta, y que lo ha hecho de manera unilateral. «Si ahora el señor Mas no quiere hacer ese referéndum, que sabe que es ilegal, yo estoy dispuesto a escucharle», insistió.
Un intercambio de declaraciones a distancia que incide en la sensación de que esta controversia hace meses que encalló en una vía muerta en la que ninguna de las dos partes quiere dar el paso para hallar un punto de encuentro que derive en un acuerdo de mínimos. Que es, por otra parte, lo que exige la oposición socialista y Unió Democrática, el socio menor de CiU.
El jefe del Ejecutivo recordó que «siempre» ha estado dispuesto a escuchar a Mas. «Pero si lo que quiere -abundó- es obligarnos a los demás a hacer lo que él dice, va a ser muy complicado, sobre todo porque es manifiestamente ilegal».
El Gobierno se mantiene firme en su postura de desdeñar cualquier propuesta para hacer la consulta. Alega que el rechazo del Congreso de los Diputados y el pronunciamiento del Tribunal Constitucional avalan sobradamente el 'no' a una votación en la que se plantee que un territorio del Estado pueda dejar de serlo. «Y mi obligación es cumplir y hacer cumplir la ley», insistió.
Rajoy quiso dejar claro que mantiene su mano tendida a la negociación, aunque con una línea roja para iniciar cualquier diálogo muy clara, no permitirá el referéndum bajo ningún concepto.
El listón
Y eso, según Artur Mas, sería el peor escenario. El presidente de la Generalitat insiste en que no se podrá saber cuántos catalanes abogan por constituirse en una nación independencia hasta que hablen las urnas. Desde CiU, sitúan el listón en el 55% de los votos para que haya un reconocimiento internacional a la independencia, pero su socio de Esquerra rebajó hoy el requisito al 50%.
Rajoy encuentra en todos los países de la Unión Europea, como Polonia, un respaldo institucional claro a su postura contraria a permitir un referéndum que podría fracturar España y, además, ha podido constatar en todas las instancias de la Unión Europea que si Cataluña se independiza quedará automáticamente fuera de todas las instituciones comunitarias.
Dolores de Cospedal también respondió a la pretensión de Mas de que Felipe VI se involucre como árbitro en el proceso soberanista. La secretaria general del PP recalcó que el papel del Rey está perfectamente definido en la Constitución, en alusión a la figura de moderación y moderadora del Rey. Su función, subrayó, «no es la que quiera un político u otro». Ni el Gobierno ni el PP quieren que Felipe VI comience su reinado con la presión de tutelar una controversia de tanto calado como el pulso independentista.