Rajoy saluda al primer ministro polaco, Donald Tusk, tras la cumbre bilateral de ayer en Gdansk. :: ZIPI / EFE
ESPAÑA

Defiende al primer ministro polaco de unas escuchas a su Gobierno

GDANSK. Actualizado: Guardar
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Mariano Rajoy sabe lo que significa tener que hablar de casos de corrupción que afectan a tu gobierno o a tu partido en una rueda de prensa con presidentes de otros países. Le ocurrió hace dos años en Chile y en Alemania, en plena ebullición del 'caso Bárcenas' que aún instruye el juez Pablo Ruz en la Audiencia Nacional. Angela Merkel, incluso, rompió una lanza a favor de Rajoy durante una tensa rueda de prensa.

Ayer, en Polonia, cambiaron las tornas. El primer ministro polaco, Donald Tusk, eliminó a última hora la comparecencia conjunta con preguntas que suele cerrar este tipo de cumbres bilaterales. Lo hizo porque su país vive convulsionado con la salida a la luz de unas conversaciones comprometidas de varios miembros de su Gobierno. Rajoy mostró públicamente su solidaridad con Tusk porque entiende que esas escuchas son «un atentado contra un derecho fundamental como es la privacidad de las comunicaciones».