Una construcción buena para Cádiz

Fue hace siete años, en 2007, cuando echaron a andar las obras del segundo puente en la glorieta de El Corte Inglés. Desde entonces, muchas fueron las fechas dadas por los distintos responsables políticos, encargados de que los trabajos siguieran adelante. Muchas fechas incumplidas, pero que no supusieron en ningún momento que se dejase de lado el objetivo de dotar a Cádiz de un nuevo acceso, que permitiese liberar los actuales.

Ahora, todo apunta a que, el año que viene, el segundo puente estará terminado y la ciudad espera el día con ganas, ya que parece que todo lo que aportará a la capital será bueno.

Precisamente, los vecinos de la zona, los que viven el avance de las obras en primera línea, están convencidos, en su mayoría, de que todo lo que traerá el fin de las obras será positivo para Cádiz. Consideran que los comercios aumentarán sus ventas, los pisos del entorno se revalorizarán y se espera la apertura de nuevos negocios que den la bienvenida a los visitantes.

Entre las zonas que aguardan con más ganas el fin de las obras y que esperan ser los primeros beneficiarios de esas buenas previsiones, está el barrio de Astilleros. Este espacio de la ciudad vive con la ilusión de recobrar la vida que un día pareció tener, cuando numerosos establecimientos se instalaron en la zona atraídos por la construcción del puente. Los retrasos en las obras llevaron a varios locales a cerrar sus puertas, pero todo apunta a que volverán los buenos tiempos.

Ahora sólo queda esperar a que los pronósticos se cumplan y a que las conexiones entre Cádiz y el resto de la provincia mejoren, dejando de lado las retenciones y los colapsos.