Moldes de mujer
Actualizado: GuardarSin proponérselo siquiera, las mujeres huelen mal, pero eso no es suficiente. Las mujeres son velludas, la regla les perturba. Acechadas por el sobrepeso, se ven obligadas a mantener dietas vitalicias y a usar a diario unas cremas que tampoco obran milagros. Además, las mujeres sufren trastornos intestinales. Sí. Su apariencia delicada esconde un tormento de enemas, laxantes y yogures para obrar regularmente. Para colmo, sufren picores en sus partes íntimas, y algo inadmisible: sequedad. En fin, padecen un cúmulo de penalidades ventiladas por ellas mismas en televisión y que sólo pueden parchear. Son culpables e incapaces de encarar dignamente la decadencia que causa el paso de los años en toda la especie humana. Todos los males posibles los sufren ellas y nadie más que ellas.
Al final del acicalamiento diario para conseguir el visto bueno del resto de la especie, las mujeres se sobreponen a su triste equipamiento de serie. Su propio esfuerzo por seguir las consignas, nos recuerdan a un coche de los que con el plan PIVE, aunque pagado por ellas, se ofrecen impecables con todos los extras por el mismo precio.
Afortunadamente, como todo esfuerzo merece recompensa, las mujeres tienen una presencia relevante en los medios de comunicación y en la publicidad, siempre que se equipen de escote, piernas al aire, cintura marcada, y un cuello y una cara que no evidencien las marcas del paso del tiempo. Cuando esto no se cumple al pie de la letra, los que más y los que menos las criticamos.
La imagen de estos modelos de mujer la convierten en un animal herido en lucha contra su biología; acorralado por tensiones; que dará problemas a causa de sus desarreglos. La imagen de la mujer en la televisión y en la publicidad la degradan a ella y nos degradan a todos. Mucho más eficaz que retirar ciertos anuncios y programas, podría ser ignorar todas las propuestas que conforman este modelo viciado y degradante. Bastaría con no comprar nada, absolutamente nada de lo que se anuncia bajo esta visión del mundo. Podría suponer un punto de apoyo para que las mujeres salgan de su liberación esclavizada y avancen para ser dueñas de sus vidas y de sus cuerpos.