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Una paliza deja al borde de la muerte a un gitano de 16 años en un suburbio de París
Los autores de la brutal agresión, condenada por Hollande y Valls, aún no han sido identificados
PARÍS. Actualizado: GuardarUn adolescente rumano, delincuente habitual de etnia gitana, se encuentra hospitalizado al borde la muerte tras ser secuestrado y linchado el viernes tras un robo domiciliario en un suburbio de París. El presidente francés, François Hollande, y su primer ministro, Manuel Valls, condenaron la brutal agresión cuyos autores aún no han sido identificados.
Según fuentes de la investigación, varios jóvenes irrumpieron el viernes por la tarde en un campamento gitano situado en Pierrefitte-sur-Seine, un suburbio de París. Los asaltantes, que iban enmascarados y armados, se llevaron secuestrado a Darius, un gitano de 16 años, a quien atribuían un robo de joyas cometido poco antes en una vivienda. Horas más tarde la madre del rehén denunció a la Policía que había recibido llamadas telefónicas desde el móvil de su hijo en las que le exigieron un rescate de 15.000 euros, luego rebajado a 5.000, a cambio de su liberación.
Al filo de la medianoche, el secuestrado apareció inconsciente y gravemente herido en un carro de supermercado abandonado junto a la carretera nacional que atraviesa el municipio. Las lesiones y contusiones que presentaba en la cabeza ponen de manifesto que había sido objeto de una brutal paliza. Permence ingresado en coma inducido en una hospital de París y los médicos temen por su vida.
La agresión tuvo lugar en las inmediaciones de la Ciudad de los Poetas, una barriada en rehabilitación tras haber permanecido años controlada por traficantes de drogas. Hace menos de un mes unos 30 gitanos oriundos de Rumanía se instalaron en un edificio abandonado al otro lado de la carretera nacional. Desde entonces se habían multiplicado los robos en viviendas y automóviles, según declaró el alcalde, el socialista Michel Fourcade.
Acto de barbarie
Según la fiscal encargada del caso, se trata de un «acto de barbarie imputable a un grupúsculo de individuos» y «el móvil es una venganza privada». El secuestro de Darius, con antecedentes policiales y judiciales, estuvo precedido de una reyerta confusa en la que se produjeron disparos. Los hechos han sido calificados como tentativa de homicidio voluntario en banda organizada, delito penado con cadena perpetua.
«Estos actos son despreciables, injustificados y van en contra de los principios de la República», denunció el presidente Hollande en un comunicado en el que expresó su indignación. Valls también condenó «con gran firmeza» la «inaceptable» agresión. El Gobierno rumano instó a Francia a hacer todo lo posible para identificar a los culpables. Asociaciones de defensa de las minorías relacionaron el drama con el aumento de las agresiones a gitanos registradas en Francia en los últimos tiempos.