Eduardo Madina charla con Alfredo Pérez Rubalcaba en un pleno del Congreso en febrero pasado. :: JAIME GARCÍA
ESPAÑA

Madina matiza el veto del PSOE a una consulta sobre la secesión de Cataluña

«Si hay posibilidades de pacto dentro de la legalidad, me parece bien», dice en un discurso que rompe la negativa tajante de Rubalcaba

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«No se pregunta a unos pocos sobre algo que tiene que decidir todo el mundo». Esa fue la frase contundente con la que Alfredo Pérez Rubalcaba rechazó, en el debate que se celebró el pasado abril en el Congreso, una consulta sobre la independencia en Cataluña. Eduardo Madina, uno de los cuatro aspirantes a sucederle al frente del PSOE, tiene, sin embargo, una posición más cercana a la que desde 2012 defienden en el PSC. «Si hay posibilidades de pacto dentro de la legalidad -dijo sobre el referéndum- me parece bien».

No es que quepa augurar, necesariamente, un cambio de posición radical respecto a lo que actualmente defiende el primer partido de la oposición sobre el modelo territorial, en caso de que el diputado vasco se alce con la victoria en el congreso extraordinario que su partido celebra el mes próximo. Madina ya ha dejado claro que asume como propia la propuesta de reforma constitucional pergeñada por Rubalcaba con todas las federaciones del partido, y sellada con el 'pacto de Granada' hace un año, gracias a la cual PSOE y PSC sortearon sus discrepancias sobre el derecho a la secesión. El número dos del grupo parlamentario socialista insistió, en una entrevista en la Ser, en que esa reforma es lo que hace falta para superar la actual crisis territorial. Es más, aseguró que formará parte del futuro programa electoral del partido y se mostró convencido de que acabará abriéndose paso porque, dijo haciendo referencia a su propia experiencia en el País Vasco, «las propuestas de ruptura no tienen salida». «Solo hay salida -remarcó- desde una propuesta que apuntale la convivencia».

Así y todo, en su discurso hay diferencias de matiz con la que hasta ahora ha sido la posición oficial del PSOE. Y hay también, claramente, una aproximación al problema de Cataluña distinta respecto a la que en principio mantiene el que será su principal rival en las elecciones que el PSOE celebra el 13 de julio, el madrileño Pedro Sánchez. Si no en el fondo, porque ambos abrazan el federalismo, sí en las formas.

Campaña 'a la carta'

En su primer discurso de campaña, el pasado jueves en Alcorcón, Sánchez aseguró que si es elegido respetará «lo que es sagrado para los españoles: la unidad de España y su soberanía nacional». Y, tras conocer las palabras de Madina, en su entorno se apresuraron a expresar su «preocupación» por que pueda abrirse ahora «una campaña a la carta» de los candidatos. «No sería bueno que pongamos en riesgo acuerdos que la ejecutiva federal ha fraguado con éxito. Estamos hablando de temas de Estado y ya tenemos una línea definida que apoyan los socialistas catalanes y los barones».

Los líderes territoriales de algunas de las federaciones que más sensibles acostumbran a ser con todo lo que huela a coqueteo con los nacionalismos, sin embargo, quitaron hierro al planteamiento de Madina. Y sostienen que su postura tendría encaje en la ortodoxia del partido. «Legal quiere decir constitucional y votaríamos todos. Está hablando de una reforma de la Constitución, ¿no? Esa es mi interpretación», subrayó a este periódico el extremeño Guillermo Fernández Vara, uno de sus principales valedores. El castellano-manchego, Emiliano García-Page, tampoco leyó más allá. «Creo que sus palabras pueden ser malinterpretadas pero en realidad ha hablado de consulta dentro del método constitucional y ha apostado por la declaración de Granada», dijo el secretario general del PSOE en esa comunidad.

Desde el PSC más moderado, en todo caso, no ocultaron su enorme satisfacción por lo que, a su juicio, demuestra otra sensibilidad. «Es la primera vez que ese mensaje lo lanza un socialista desde fuera de Cataluña», se vanagloriaron. Y en la federación andaluza, en cambio, guardaron silencio. La poderosa Susana Díaz, enormemente crítica con lo que siempre ha llamado «la trampa del derecho a decidir», ha prometido ser neutral y estos días solo es posible leerla entre líneas. Hoy, por ejemplo, respondió a una pregunta sobre el «shock de modernidad» que promete Madina. «El PSOE tiene que modernizarse pero a mí -dijo- me preocupa más que toque la calle y se dé un baño de realidad».