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El más mono de los hombres
La animación 3D lleva de nuevo al la gran pantalla al legendario personaje cuya vida se desgrana en una obra para cinéfilos Un libro y una película resucitan a Tarzán, creado por Edgar Rice Burroughs en 1912
MADRID. Actualizado: GuardarBuscador de oro en Alaska, minero en Oregón, policía de trenes en Utah, vendedor en el Oeste. y por fin mayorista de sacapuntas, un oficio que le sirvió para afilar sus lápices y dedicarse a escribir. Edgar Rice Burroughs (1875-1950), fracasado en mil oficios, triunfó creando personajes como John Carter o el archifamoso Tarzán, con nueva adaptación en animación 3D ya en la gran pantalla.
El escritor hubo de imaginarse cómo era Marte para llevar allí a Carter, e hizo lo propio con África, ya que jamás pisó el continente y todo su saber procedía del libro 'In Darkest Africa', de Henry Morton Stanley. Tampoco el más famoso Tarzán del cine, Johnny Weissmuller, viajó al lugar donde los espectadores suponían que se rodaban sus películas. No fue obstáculo para que ambos triunfaran con un personaje que ha protagonizado más de 150 adaptaciones de televisión y cine, ha vendido cientos de millones de cómics y ejemplares de sus 24 novelas originales, además de videojuegos y un variopinto 'merchandising' que hizo millonario al autor y sus herederos.
Y es que son legión quienes, como Javier Krahe, guardan desde niños en el desván de sus sueños «el plan de vivir como Tarzán y saltar de liana en liana». Un anhelo aventurero de este hombre mono despierta en sucesivas generaciones y que el libro de Eduardo Galán Blanco 'Tarzán, héroe de celuloide y papel' alimenta entre los lectores más curiosos.
Un paleto en el cine
Aunque se hizo fotos con muchos 'Tarzanes' en el plató, Rice Burroughs renegó de su trato en el como «un paleto que no sabía hablar inglés». Pero la gran pantalla convirtió al personaje en un mito universal vivo y pujante hoy a pesar de tener ya 102 años. El Tarzán de cine debía ser «apuesto, con maneras y rostro muy masculinos y debe tener gracia; pero no ser guapo. No tiene que ser un gigante o un hombre con hipertrofia muscular. Debe ser más parecido a una pantera que a un elefante». Nada que ver con el primer y mudo Tarzán, rodado en 1917 y encarnado por Elmo Lincoln. Se decía que era tan fuerte que mató con sus manos al león de la película, y el actor confesó en una entrevista que lo apuñaló pensando que su vida corría peligro. Un leyenda que sirvió para exhibir los restos de un felino en el hall del cine de Broadway donde se estrenó 'Tarzán Of The Apes', un éxito que recaudó más de un millón de dólares, una de las primeras películas que conseguía tal taquilla.
Hasta 1927 Rice Burroughs no vería casi cumplido su sueño. En una fiesta de su hija Joan descubrió a James Hubert Pierce, un jugador de fútbol americano que «se acerca a mi idea de Tarzán más que ningún hombre que haya visto» «Él es Tarzán», dijo y lo fue en 'Tarzán y el león de oro', donde aparecía en un pequeño papel Boris Karloff cuatro años antes de convertirse en un astro del cine de terror. No resultó, pero como finalmente se casó con la hija del escritor, interpretó 'por enchufe' a un Tarzán radiofónico, mientras su esposa prestaba la voz a Jane.
Y así, entre 'Tarzanes' de medio pelo y filmes imposibles con indios, tigres de Asia y odaliscas en la irreal África que Rice Burroughs imaginó, el personaje fue creciendo hasta que Johnny Weissmuller lo convirtió en todo un mito.
El grito más famoso
Como Bela Lugosi es Drácula, Weissmuller es Tarzán, y así lo creían ambos. Si uno dormía en un ataúd, el otro acabó sus días con problemas psiquiátricos, escondido en su mansión de Acapulco y lanzando su tarzanesco grito inopinadamente. Algo que recordó Harrison Ford para explicar su rechazo a interpretar una vez más a Indiana Jones: «No quiero hacerme viejo gritando por la calle con un sombrero y un látigo, como le pasó a Johnny Weissmuller». Eduardo Galán lleva a su libro la leyenda recogida por el historiador Gabe Essoe, que narra como en 1959 estaba Weissmuller en La Habana cuando Fidel Castro entró con sus soldados en la capital. Los barbudos detuvieron al actor junto a otros americanos. Weissmuller lanzó su célebre grito y se golpeó el pecho furiosamente. Atónitos, los guerrilleros le saludaron: «¡Ah, Juanito que viejo estás. Sé bienvenido a Cuba!». Y lo dejaron irse.
Aunque gritos hay muchos, como ese pocos. No era fácil para el actor imitar uno de los 'sonidos' más misteriosos del cine, que gritaba en 'playback' en los filmes y sobre cuyo origen hay múltiples versiones. La más extendida dice que un técnico de sonido de la Metro sintetizó la onomatopeya imaginada por Burroughs yuxtaponiendo sonidos electrónicos y grabaciones variadas. Pero hay rumores que apuntan al llamado canto semi-tirolés de Weissmuller. El caso es que con grito o sin él, loco o cuerdo, al actor no le faltaba razón para creerse Tarzán. Aunque hayan sido más de veinte quienes han encarnado el personaje -algunos españoles, como el canario David Carpenter o el soriano José Luis Ayestarán- él es el genuino. De hecho, parecía predestinado para ello. El encargado de la nueva película, W. S. Van Dyke, le dijo nones a estrellas como Clark Gable, por ser bajo y no tener buen cuerpo, y aceptó a regañadientes a Douglas Fairbanks Jr., al que puso a entrenar intensivamente pero sin convicción.
Pero un día el guionista se encontró con el nadador Weissmuller en una piscina de hotel y se lo llevó a Van Dyke, quien le escogió 'in extremis' diciéndole: «Lo he elegido porque usted es el candidato que tiene más cara de idiota». Fue así como comenzó el reinado de Weissmuller con 'Tarzán de los monos' en 1932, un reinado que acabó tras 12 películas 16 años más tarde. Tras él, la historia continúa. Lex Barker, Gordon Scott, Denny Miller, Mike Henry, Ron Ely, Wolf Larson, Joe Lara y Casper van Dien fueron otros Tarzanes, a los que en breve se unirá Alexander Skarsgård, protagonista de la última adaptación del héroe que se estrenará en 2016. ¿Podrá superarlo?