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Más de 200 agentes de Estados Unidos espían en Alemania

Con el beneplácito del Gobierno de Berlín, los servicios secretos americanos mantienen la mayor estructura fuera de sus fronteras

BERLÍN. Actualizado: Guardar
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No menos de 200 agentes de los servicios secretos de Estados Unidos trabajan en Alemania de manera oficial y protegidos por un pasaporte diplomático con la misión, entre otros asuntos, de espiar las comunicaciones telefónicas y por internet de sospechosos, en muchos casos ciudadanos alemanes. El semanario germano Der Spiegel revela ese dato en su edición de hoy a partir de documentos aportados por el antiguo colaborador de la Agencia Nacional de Seguridad Nacional estadounidense (NSA) Edward Snowden, al que las autoridades de Washington persiguen por alta traición y que se encuentra refugiado en Moscú.

De la documentación se desprende que el Gobierno que preside Angela Merkel no solo sabe de esas actividades, sino que las apoya de manera activa. La revista asegura que a esa elevada cifra de agentes con estatus diplomático hay que añadir «presumiblemente varios cientos mas de empleados de empresas privadas» que trabajan para la NSA en territorio germano.

La publicación asegura además que los distintos servicios secretos de Estados Unidos mantienen en Alemania la mayor concentración de bases y colaboradores fuera de su propio territorio. Es decir, en ningún lugar del mundo hay tantos agentes trabajando para las agencias de Inteligencia estadounidenses fuera del país como en territorio alemán. Y la cooperación con los departamentos germanos de espionaje es mucho mas estrecha de lo que se pensaba hasta ahora.

El semanario revela en ese sentido la existencia de un acuerdo de cooperación entre la NSA y los servicios secretos exteriores alemanes (BND), que comparten una base operativa en la localidad bávara de Bad Aibling, en el sur de Alemania. Ambas agencias suscribieron al parecer en abril de 2002 un memorando de acuerdo de seis folios, con un anexo «altamente secreto» de 74 páginas, que contiene una cláusula de excepcionalidad por la que se autoriza el espionaje a ciudadanos alemanes sospechosos.

Derecho restringido

Los servicios secretos de EE UU y de Alemania se comprometen en el documento a respetar el secreto postal y de comunicaciones, de manera que desde Bad Aibling no se podría espiar sistemáticamente a ciudadanos estadounidenses o germanos. Sin embargo, «en caso de actividades terroristas» ese respeto al derecho a la intimidad de los nacionales de ambos países residentes en Alemania quedaría restringido y aquellas comunicaciones de contenido altamente sospechoso podrían ser utilizadas, siempre y cuando el otro socio fuera informado y concediese su aprobación.

Der Spiegel destaca además que del material acumulado por Snowden se desprende que Washington aprovecha los datos que acumula en Alemania para el asesinato selectivo de sospechosos de terrorismo en todo el mundo. En un informe de la NSA de 2005 que obra en poder de la revista se subraya que los datos recabados en las escuchas alemanas ayudaron «a detener o eliminar a más de 40 terroristas».

Todas estas revelaciones explican de alguna manera la reticencia de Berlín a la hora de afrontar el escándalo de la NSA en Alemania por el espionaje sistemático a ciudadanos en este país y las escuchas realizadas a uno de los teléfonos móviles de la canciller Merkel. La investigación oficial del caso por la Fiscalía Federal, a la que las autoridades de Berlín han puesto todo tipo de trabas, no sólo amenaza las estratégicas relaciones bilaterales entre Washington y Berlín, sino que podría sacar a la luz que los propios servicios secretos germanos están más implicados en el escándalo de lo que se suponía hasta ahora.