El mercado del petróleo simula calma pero dispara los precios
Bagdad trata de insuflar ánimo a los inversores al recordar que el grueso de su producción sale de Basora, en el sur, una zona libre de combates
LONDRES/ NUEVA YORK. Actualizado: GuardarLa inestabilidad que sacude a Irak, el segundo productor de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) después de Arabia Saudí, se traslada al mercado del crudo al mismo enloquecido ritmo al que avanza la ofensiva yihadista. «Los corredores ven las palabras 'Irak' y 'guerra civil' en los titulares y disparan los precios», resume el analista de IG Chris Beauchamp. La llegada el martes de los combatientes del Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL) a Mosul, la tercera ciudad del país, bastó para encender las alarmas de un sector ultrasensible en una economía mundial que apenas asoma la cabeza después de una dura y larga crisis.
El martes, el petróleo terminó en ligera baja: 104,35 dólares en Nueva York y 109,52 en Londres. Al día siguiente, las noticias de Irak se habían convertido ya en una fuente de preocupación para los inversores. Inquietaba sobre todo que los combates en suelo iraquí perturbasen las operaciones de traslado del crudo y los mercados negociaron al alza, pero todavía de manera muy discreta. Ese mismo día, la OPEP se reunió en Viena para mantener una oferta sin cambios pese a la previsible alza de la demanda y el potencial conflictivo de países como Irak, Irán y Libia.
Curiosamente, los doce países del cartel que suministra uno de cada tres barriles de crudo consumidos en el mundo se declararon más perturbados por un posible aumento de la producción iraní que pudiera llevar los precios a la baja que por la situación iraquí. El ministro del Petróleo de Bagdad tampoco quiso alterar los nervios de la OPEP porque, dijo, «la producción no está afectada ya que la mayor parte sale del sur y no del norte». Pero el jueves el crudo Texas subió hasta los 106,03 dólares y el Brent del Mar del Norte trepó a 111,69. Y ayer cerraron a 106,6 y 113,29. La incertidumbre sobre Irak ha llevado ya al petróleo a sus niveles más altos en nueve meses. El pico anterior llegó también de otra crisis, aquella en Egipto, que hizo temer una alteración de las rutas de suministro.
El Gobierno de Bagdad, que desborda inoperancia política, trata de insuflar al mundo tranquilidad amparándose en que sus exportaciones de crudo salen por el puerto de Basora, en el sur del país. Casi 2.700 millones de barriles el miércoles. Añade que controla aún la principal refinerías, la de Baiji, hostigada estos días por los insurgentes. Pero la Agencia Internacional de la Energía afronta la crisis con más distancia y sostiene que los combates en el norte plantean un potencial riesgo al mercado del petróleo, pero no inmediato si las luchas no alcanzan el sur del país.
En su informe anual, el organismo confía en que los yacimientos iraquíes proporcionarán el 60% de la producción prevista en la próxima década. «El potencial es enorme, pero también los riesgos que afronta», en forma de «significativas victorias» del yihadismo suní, recoge el documento. La extracción de crudo en la zona norte de Irak -entre 250.000 y 300.000 de media el año pasado- ya estaba parada desde marzo por distintos incidentes violentos en la provincia de Anbar y ataques al oleoducto que conecta con Turquía. Esta situación y la conflictividad de esta semana pueden bastar para disuadir a los inversores. De momento no es el caso de China, muy interesada en el éxito de su gran apuesta en Oriente Medio.