Pinceles en La Caleta
Actualizado: GuardarEste domingo nuestra Caleta de Santa Catalina albergó como casi cada día una fiesta de colores. Siempre resulta fascinante cuanto acontece en torno a la embocadura de la canal que en su día bañaba la Isla Roja, sobre la cual marinos tirios construyeron un asentamiento que más que ciudad llegó a ser una leyenda, separándola de la Isla Mayor en la que se alzaron los soberbios edificios de una ciudad romana que llego a competir en esplendor con la propia metrópoli. En su espléndido teatro danzaba Telethusa cuya gracilidad sedujo al poeta Marcial. Dicen que sobre su lápida esculpieron: «Sea para ti la tierra tan leve como tu le fuiste a ella». Entusiasma imaginar que algunas de esas piedras fueron sillares del templo de Astarté, diosa del amor y de la fertilidad.
La ciudad amurallada de Cádiz ofrece una diversidad de agradables paseos; para muchos nada como caminar por La Caleta. El paseante siempre va a descubrir una sorpresa diferente. Como la de este luminoso domingo durante el cual a los infinitos colores de la mar, el cielo, las piedras y los castillos se sumaron aquellos que esparcieron un amplio grupo de experimentados artistas. En el curso del anual certamen de pintura rápida Quilla participaron cincuenta y siete pintores, más que en ninguna de las anteriores ediciones. Muy estimulante recorrer al mediodía ese aula de Bellas Artes a la luz del sol más embriagador del sur de Europa. Las bellas tinturas derramadas por hombres y mujeres competían en belleza con los colores naturales de La Caleta. Ya al atardecer el espacio se había convertido en una galería de arte al aire libre que exhibía una colección de espléndidos cuadros. Casi todos ellos francamente meritorios; alguno sorprendente. La tarde de luz y color se cerró alegremente con el obligado reparto de premios y menciones a pinturas de muy alta calidad como otras muchas que no figuraron en el podio pero si en la retina de los visitantes que giraban su vista desde el suave aleteo de las gaviotas al fascinante añil de algunas de los creaciones que se aglomeraban entre los bulliciosos aplausos y espontáneas risas de quienes tuvimos el privilegio de participar en la fiesta.