CiU y PNV piden al futuro Rey sensibilidad con sus territorios
El portavoz nacionalista vasco pide al príncipe que en su reinado no se limite a ser «una figura de cera que se pasea de evento en evento»
MADRID. Actualizado: GuardarLas pretensiones soberanistas de los grupos catalán y vasco se colaron, como estaba previsto, en el debate sobre la abdicación del Rey. Josep Antoni Duran Lleida negó que la decisión de CiU de abstenerse supusiera contradecir al espíritu que mostró su grupo en 1978, cuando formó parte del consenso constitucional. Es más, negó que este gesto supusiera un ataque a don Juan Carlos, al que atribuyó un balance «positivo, aunque con claros y oscuros en su gestión».
El portavoz de CiU criticó a Mariano Rajoy por reprochar a su formación que hiciera «política pequeña» al abstenerse en este debate. Respondió que «política pequeña», a su juicio, es la que hizo el Gobierno al negar el plebiscito sobre la soberanía de Cataluña o al preferir una Endesa alemana que catalana o al rechazar, en 2010, un real decreto con medidas económicas de urgencia, porque su objetivo era ver pasar el cádaver político del entonces jefe del Ejecutivo, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero. En síntesis, los nacionalistas catalanes «ya no se fían de España». Durán animó al futuro Monarca a ejercer el papel de árbitro y moderador entre instituciones que le otorga la Constitución para desencallar el problema abierto con la deriva soberanista en Cataluña.
El portavoz del PNV en la Cámara baja, Aitor Esteban, incidió en su apoyo a la República como el modelo de Estado que debe regir en España y, además, reclamaron la revisión de la Carta Magna. Lamentó que desde hace décadas haya faltado sensibilidad a la hora de afrontar el «desapego» de Euskadi y Cataluña por el actual modelo de Estado, y se sigue sin dar respuesta a sus aspiraciones. «La nación vasca existe, y no solo porque exista una lengua», sino porque la gente «lo siente así», remachó.
El dirigente del PNV recordó al todavía príncipe Felipe que «debe ganarse el trono», no como su padre, «que lo tenía adjudicado de antemano ante las circunstancias políticas que se vivían en 1978». Abundó que el futuro Rey debe dar respuesta a las aspiraciones de las naciones que componen el Estado. Al igual que CiU, emplazó al futuro Monarca a que convenza a los poderes públicos y ciudadanos de su utilidad porque no puede limitarse a ser «una figura de cera que se pasea de evento en evento».