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Una abdicación literaria
Los portavoces de los grupos citan a diversos autores para justificar su voto
Actualizado: GuardarLiteratos y autores de canciones de la transición. Estas son las fuentes en las que se inspiraron buena parte de los portavoces parlamentarios para preparar sus intervenciones en otro de esos días bautizados con el calificativo de históricos, la votación en el Congreso de la ley orgánica que regula la abdicación del Rey.
Sus señorías llegaron ayer más pronto de lo habitual. La huelga de taxis en Madrid obligó a los diputados a buscarse medios alternativos de transporte, coches compartidos, metro, autobús o a pie.
Los intentos del Gobierno, del actual, pero también del de José Luis Rodríguez Zapatero, de posponer 'sine die' la reforma de la Constitución para fijar un estatuto de la Casa Real provocó que la Cámara baja albergara el primer debate entre Monarquía y República en casi 40 años.
Una discusión con ciertas reminiscencias histriónicas. Los diputados socialistas refrendaron tímidamente la intervención de su todavía secretario general, mientras que una notable representación de la bancada del PP aplaudía con ganas a su histórico archienemigo, Alfredo Pérez Rubalcaba. «A nuestro presidente -en alusión a Mariano Rajoy- le ha faltado pasión», comentaba una diputada popular a varios compañeros de partido en el patio del Congreso.
Rubalcaba optó por rebuscar entre los textos de un historiador, filósofo, profesor y político socialista fallecido en 2012, Luis Gómez Llorente, para apuntalar el 'sí' del PSOE a la norma que sustenta legalmente la renuncia del Rey. «Los socialistas no ocultamos nuestra preferencia republicana, pero sobrados ejemplos hay de que el socialismo, en la oposición y el poder, no es incompatible con una Monarquía que mantiene el más escrupuloso respeto por la soberanía popular», acotó.
Cayo Lara, coordinador general de IU, tal vez sin pretenderlo, eligió un pensamiento presente en toda la saga de Crepúsculo, un fenómeno literario mundial entre los adolescentes que elucubraba sobre vampíros y que luego se convirtió en un éxito de taquilla en el cine. «Sangre para una dinastía decrépita», resumió el número uno de Izquierda Plural en alusión al hecho de que Felipe VI vaya a relevar a Juan Carlos I sin pasar por las urnas.
Josep Antonio Duran Lleida, portavoz de CiU en el Congreso, mientras deshoja la margarita sobre su futuro, se decantó por un relevante político catalán de principios del siglo XX, Francesc Cambó, para refutar los reproches a su abstención. «Si los hombres y sus tentáculos de la Monarquía quieren detener nuestra marcha, no nos detendremos en pensar en monarquías y en repúblicas porque no podemos ni debemos ni queremos detener la marcha de Cataluña».
Alfred Bosch, portavoz de Esquerra, optó por asimilar, a su manera, un texto del mejor escritor anglosajón: «No se entiende que al frente de un Estado se produzca un relevo de aristócratas y, como diría William Shakespeare, que nos creamos de verdad que cambiado coronas curamos el dolor de cabeza». Antes el portavoz de Amaiur, Sabino Cuadra, había citado al alemán Bertolt Brecht para aclarar que para la izquierda abertzale franquismo y Monarquía parlamentaria es lo mismo. «Tuvimos -rememoró- muchos señores, tuvimos hienas y tigres, águilas y cerdos. Y a todos los alimentamos, mejores o peores, era lo mismo. La bota que nos pisa es siempre la misma bota».
Jarcha y El Roto
Ana Oramas, portavoz de Coalición Canaria, trufó alusiones a Ortega y Gasset con un grande de la viñeta, 'El Roto', que en uno de sus últimos dibujos planteaba: «¿Qué prefieres, monarquía parlamentaria o república?» «Un trabajo», contestó uno de los personajes.
Joan Baldoví, de Compromís, optó por recitar los versos de la canción que en diciembre de 1978 invitaba a votar en el referéndum de la reforma constitucional: «Habla pueblo habla», del grupo Jarcha. No fue una referencia somera sino que recitó todo el estribillo dedicado al líder de la oposición. «No dejes que nadie decida por ti, la recuerda, señor Rubalcaba», remachó.