Economia

Los sindicatos acusan a la patronal de «no tener límite»

Recuerdan que ya existe despido libre en España, mientras la CEOE les reprocha no haber hecho sus críticas directamente en vez de publicarlas

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Con las conversaciones para alcanzar un nuevo acuerdo plurianual -el actual vence a finales de año- sobre la negociación colectiva aún en mantillas, la pretensión de la CEOE de endurecer más la regulación laboral ha generado serias críticas entre los sindicatos. Para estos, la patronal demuestra «no tener límites en sus exigencias» para abaratar más el despido, flexibilizar al máximo el mercado de trabajo y restringir al mínimo el derecho de huelga.

Desde las dos principales centrales recordaron ayer que existe el despido libre en España -a raíz de la última reforma laboral de 2012-, que en el caso de las empresas con menos de 50 trabajadores les permite hacer un tipo de contrato indefinido que, en realidad, esté limitado a solo un año. «Con esos cambios -lamentan-, ya se abrió la mano a la discrecionalidad empresarial para hacer y deshacer a su antojo». Por eso, desde CC OO no entienden que ahora que se habla de recuperación económica y se da como cierta la salida de la crisis, la patronal «siga instalada en la onda expansiva de los recortes y los planes de ajuste». A su vez, en UGT estiman que todo apunta a que el principal objetivo de los representantes de los empresarios pasa por «instaurar condiciones autoritarias» donde puedan incluso dejar de aplicar convenios de forma unilateral.

Y es que para los sindicatos, el hecho de que la patronal adopte las posturas laborales «más agresivas» deja en entredicho sus intenciones reales sobre el diálogo social y la negociación colectiva, por la que ellos «sí» continúan apostando.

La CEOE, sin embargo, respondió a las declaraciones sindicales aduciendo que el documento donde figuran sus polémicas pretensiones es «un borrador» que debe debatirse todavía internamente. Criticaron, además, que no hubieran limitado sus críticas a los cauces directos que tienen abiertos ambas partes, en vez de hacerlas públicas «sin corroborar el contexto» y los contenidos.