Los paisajes de Le Corbusier
Pionero en la fusión de arquitectura y naturaleza, el genio suizo logró «casar el paisaje exterior con el interior» en los 75 edificios que construyó
Actualizado: GuardarGenio polifacético y contradictorio, Le Corbusier -Charles-Édouard Jeanneret en su pasaporte- fue un pujante motor de la modernidad. Creador de nuevos paisajes y lenguajes para la arquitectura moderna, pintor, urbanista, diseñador, escritor, editor, fotógrafo y cineasta aficionado, y agitador cultural, fue también pionero en fundir naturaleza y arquitectura y en cultivar un perfil de estrella de su oficio. Pero apenas construyó 75 edificios del casi medio millar que proyectó, de villas de lujo a viviendas sociales, iglesias, ciudades utópicas y rascacielos. Soñó y diseñó pioneras tramas urbanas y, desde la avanzadilla de su visión ecológica de la arquitectura «logró fundir el paisaje interior con el exterior».
Así lo destaca Jean-Louis Cohen, catedrático y comisario de la muestra que CaixaForum Madrid importa de neoyorquino MoMA y que repasa la proteica figura y la innovadora y multidisciplinar obra «de un poeta de la modernidad arquitectónica que fue profeta de su futuro». En un barrido cronológico por el legado uno de los padres de la arquitectura moderna, la muestra ofrece una amplia visión de su genio y recorre seis décadas de su influyente su trabajo. Se anticipa al cincuentenario de la muerte de Le Corbusier (1887-1965), una suerte del Leonardo del siglo XX que deslumbra tanto por su fuerza creativa como por la radical libertad de sus ideas.
Subtitulada 'Un atlas de paisajes moderno', es la más completa que se le dedica en los últimos 25 años y desvela todas sus perfiles y facetas a través de 200 piezas que prueba como «observó, imaginó y persiguió sin cesar todo tipo de paisajes: arquitectónicos, domésticos, urbanos, objetuales y pictóricos». Su concepción de la arquitectura «estaba muy arraigada en la naturaleza y el paisaje, desde la vista delicadamente enmarcada en un interior de planta libre hasta el panorama natural en su sentido más amplio, pasando por el diálogo entre las ciudades en crecimiento y su territorio geográfico», resume el comisario. Para Le Corbusier, la emergente metrópoli «era también un paisaje, donde un interior doméstico se relaciona con fuerzas naturales y humanas». Lejos de una arquitectura universal o internacional distanciada del lugar, su obra «se arraiga en el entorno, por más que quiera transformarlo para las nuevas formas de vida en un mundo de cambios tecnológicos», según Cohen.
Además de maquetas, pinturas, planos, fotografías y audiovisuales, la muestra incluye cuatro recreaciones de interiores de habitaciones con mobiliario original, de la famosa 'chaise-longue' y su sillón 'Grand confort' de tubo de acero y cuero de 1928, aun hoy clásicos del diseño de lujo, a los butacones de madera y enea que diseñó para su última residencia. «Es menos y extensa y acaso por ello más interesante que la del MoMA», sostiene el comisario, que destaca los numerosos préstamos de la Fundación Le Corbusier de París.
No oculta Cohen las contradicciones que definen a un creador que firmó para magnates obras exquisitas como Ville Savoye pero diseñó viviendas baratas, sus modélicas 'unidades habitacionales' de Marsella o Berlín. «Fue pionero en los estudios de mejora de las viviendas de las clases más bajas proponiendo nuevas formas de arquitectura eficiente en ciudades muy pobladas sin dejar de diseñar mobiliario y villas de lujo». Junto a Ville Saboye, entre sus proyectos icónicos, está el Palacio de los Sóviets de Moscú, el Capitolio en Chandigarh, la legendaria capilla de Ronchamp, el Plan Voisin en París, o el Plan Maciá en Barcelona, que truncó la Guerra Civil española.
Charles-Édouard Jeanneret nació en la pequeña ciudad industrial de La Chauxde-Fonds, en el macizo suizo del Jura el 6 de octubre de 1887. En 1917 estableció en París su estudio e inventó el personaje de Le Corbusier, (el cuervo) una variación irónica del apellido de su abuelo, Lecorbésier. «Quería crear su personaje, porque el arquitecto estrella no es algo nuevo; los de hoy se presentan como figuras públicas como hizo Le Corbusier», apunta Cohen. Como pretendía, «se hizo famoso por su interpretación poética y a menudo provocadora de las tecnologías y valores de la nueva era de las máquinas». Desarrolló unos 400 proyectos pero construyó solo 75 edificios en una docena de países. Publicó más de 45 libros y escribió cientos de textos, algunos entre los más influyentes en la modernidad. Dibujaba y pintaba a diario y aseguraba que «la pintura es mi laboratorio secreto de arquitectura». «Captaba en su obra las conexiones espaciales entre naturaleza y edificaciones en la montaña Suiza, en la planicies del norte de la India», resume Cohen.