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Un cambio en el viento pudo causar el accidente en que murió Darío Barrio

Sus amigos le habían aconsejado que dejara el deporte extremo, pero el cocinero se liberaba del estrés de los fogones con la descarga de adrenalina

MADRID. Actualizado: Guardar
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Dentro de los deportes extremos, el salto base es uno de los más extremos. Darío Barrio nunca bajaba la guardia cuando saltaba en paracaídas, pero esta vez el viento pudo jugarle un mala pasada. El cocinero, que perdió la vida el viernes en Segura de la Sierra (Jaén), afrontó una incorrecta trayectoria de vuelo, debido, según las primeras hipótesis que se manejan, a un cambio en la dirección del viento.

El de cocinero es un oficio estresante y el afamado chef, uno de los pioneros en popularizar la cocina a través de la televisión, encontró en este tipo de paracaidismo una gozosa descarga de adrenalina. Sus amigos le aconsejaron que abandonara estas peligrosas audacias, pero Barrio amaba demasiado el riesgo como para hacerles caso.

El cocinero, de 42 años, encontró la muerte cuando practicaba la modalidad del paracaidismo conocida como 'wingfly', una disciplina que se ejercita con un traje con alas que permite planear y alcanzar una velocidad media de 160 kilómetros por hora. Era un apasionado de este deporte y participaba en el Festival Internacional El Yelmo, en Segura de la Sierra (Jaén), para homenajear a su amigo Álvaro Bultó, devoto también de este deporte y que falleció el año pasado en los Alpes suizos en un salto fatídico.

Darío Barrio, famoso por su programa de televisión 'Todos contra el chef', que se emitía en Cuatro, saltó desde un parapente con motor provisto de su traje con alas. Que se lanzara al vacío desde un parapente no es lo habitual del salto base, ya que lo característico de esta disciplina es arrojarse al abismo desde un punto fijo, como un edificio, una antena, un puente o un precipicio.

Otros arriscados deportistas le precedieron y planearon en el vacío sin problemas, según informaron fuentes del certamen. Las condiciones meteorológicas no eran adversas para el ejercicio del salto base. «Si lo hubieran sido se habría cancelado el evento», argumentaron fuentes de la organización.

Algo imprevisto ocurrió, una ráfaga de aire o un error del paracaidista, para que Darío Barrio, un piloto experimentado en estos lances, diera fatalmente con sus huesos cerca de la ladera del castillo de Segura de la Sierra. Lo cierto es que el paracaídas no se abrió y el espantoso accidente lo contemplaron los dos hijos del aventurero, de 5 y 7 años.

Por deseo expreso de la familia, el funeral se celebrará en la más estricta intimidad. La muerte de Darío Barrio suscitó numeras muestras de condolencia. Sergi Arola, Ramón Freixa, Mario Sandoval y Pedro Larumbe, entre otros muchos cocineros, se mostraron consternados. Larumbe oscilaba entre el reconocimiento y el reproche. «Le dije muchas veces que madurara, que tenía dos hijos».

El chef regentaba el restaurante Dassa Bassa, en Madrid. El establecimiento era una antigua carbonera del siglo XIX. Barrio apostaba por una cocina variada y de temporada, en la que el juego con los distintos elementos cediera el paso a la improvisación. Abogaba por el mestizaje de influencias culinarias diversas para encontrar un equilibrio de sabores.