Dos estudiantes caminan encima de un mural realizado por escolares de Manila en homenaje a los pasajeros del vuelo desaparecido. :: AFP
MUNDO

El misterio aéreo que no deja de crecer

Cada vez son más las teorías 'conspiranoicas' sobre desaparición del vuelo de Malaysia Airlines, del que aún se desconoce el paradero

SHENZHEN. Actualizado: Guardar
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Parece mentira, pero es cierto: en pleno siglo XXI, a pesar de que los pasajeros pueden seguir la ubicación de su vuelo en tiempo real y conectarse a Internet a 11.000 metros de altura, un avión con 239 personas a bordo puede desvanecerse sin dejar ningún rastro. Es lo que sucedió, hoy hace tres meses, con el Boeing 777-200ER de Malaysia Airlines que cubría la ruta Kuala Lumpur-Pekín. Desapareció de los radares poco después de realizar un quiebro inesperado y nunca más se supo de él. De hecho, los equipos de búsqueda movilizados en una docena de países, que no han perdido la ocasión para tirarse los trastos a la cabeza, han rastreado el Mar de China Meridional y el Océano Índico a ciegas, utilizando sólo estimaciones que pretendían acotar el área de búsqueda basándose en las señales automáticas recibidas por los satélites.

Y no ha funcionado. Todos los avistamientos de objetos que podrían haber pertenecido al vuelo MH370 han sido falsas alarmas. El caos en la publicación de informaciones tampoco ha ayudado a resolver el caso y la confirmación de hechos extraños -como la presencia a bordo de dos ciudadanos iraníes que viajaban con pasaportes robados a dos europeos, la relación del piloto con el líder del principal partido de la oposición malasia o una llamada interrumpida del copiloto desde el avión- ha servido para que las hipótesis vayan más allá de las tres que barajan los investigadores: ¿Fue un secuestro? ¿Acaso el suicidio de uno de los pilotos? ¿Quizá un accidente?

Proliferan las teorías 'conspiranoicas'. Una de ellas incluso se ha convertido en la que sustenta el primer libro sobre el asunto, 'Flight MH360, the mistery' (Vuelo MH370, el misterio), que publicó el periodista Nigel Cawthorne a finales del mes pasado. En sus páginas sostiene que el Boeing fue derribado por fuerzas de Estados Unidos y de Tailandia durante un entrenamiento militar conjunto y que después se puso en marcha una operación para ocultar la verdad. Claro que la posibilidad del derribo no es nueva: ya corrió como la pólvora en el caso del vuelo 800 de la TWA, que explotó minutos después del despegue en Nueva York. Y parece que no fue un misil, sino un cortocircuito lo que provocó la deflagración.

En el caso del MH370, la falta de restos hace que todo resulte factible e imposible de rebatir. De hecho, el viernes una mujer británica se sumó a la orgía de conjeturas al asegurar que vio un avión envuelto en llamas la madrugada del 8 de marzo, cuando surcaba el Índico en un yate. «No lo he dicho hasta ahora porque pensé que nadie me creería», justificó. Pero la verosimilitud es lo de menos. Otras suposiciones suman adeptos independientemente de lo surrealistas que sean. Las más descabelladas van desde el aterrizaje del aparato con sus secuestradores a los mandos en algún aeródromo secreto, hasta el viaje a una nueva dimensión. Sin duda, las analogías con la trama de la serie televisiva 'Perdidos' han tenido mucho que ver en eso último.

Falta de coordinación

De momento, lo único que ha quedado claro es que puede que nunca se sepa lo que sucedió a bordo. Con las baterías del dispositivo de transmisión de señales de las cajas negras agotadas, la posibilidad de encontrar los restos en una zona en la que el fondo marino se encuentra a más de 4.000 metros de profundidad es casi una cuestión de fe. Porque, si bien es cierto que las grabadoras de datos y de conversaciones del vuelo Air France 447, que se estrelló contra el Océano Atlántico en 2009 en un caso similar, fueron localizadas dos años más tarde, en aquella ocasión sí que aparecieron flotando restos del Airbus 330 que ayudaron a acotar la búsqueda.

Otra de las pocas certezas del caso de Malaysia Airlines ha dejado en evidencia la falta de coordinación internacional en la búsqueda, sobre todo en los primeros días. A ese respecto, el Gobierno de Malasia publicó el 2 de mayo un informe completo en el que se confirma que pasaron cuatro horas desde que el vuelo desapareció hasta que se decidió organizar una operación de rescate. Y que luego hubo graves retrasos en el envío de información a los diferentes países involucrados en la búsqueda. Eso permitió que informaciones falsas provocasen el derroche de recursos y la pérdida de tiempo.

Afortunadamente, parece que no todo va a ser negativo. El misterio del MH370 ha abierto un interesante debate sobre la necesidad de incluir sistemas de comunicaciones que remitan a tierra, en tiempo real, información sobre la posición del avión. Porque, en la actualidad, los transpondedores pueden ser inhabilitados, un hecho que hace vulnerable a la aeronave. Varias de las empresas que podrían instalar este sistema ya han anunciado que ponerlo en marcha costaría menos de un euro por cada hora de vuelo y parece que no habrá que esperar mucho para que sea una realidad.

Mucho más caro será continuar con la búsqueda del Boeing 777. Diferentes estimaciones calculan que el operativo ha costado ya unos 40 millones de euros, una factura que comparten los países involucrados y que, a pesar de ello, parece haber agudizado la mala situación económica de Malaysia Airlines. No obstante, el Gobierno de Kuala Lumpur aseguró que los rumores sobre su inminente cierre eran infundados y que tiene ya en marcha un plan para su relanzamiento.

Por su parte, las autoridades australianas renovaron su optimismo el viernes, cuando aseguraron que un nuevo estudio de los datos enviados por los satélites hace creer que el Boeing será localizado en un área denominada 'arco 7'. No obstante, después de tantas afirmaciones similares, los familiares han perdido la esperanza y muchos han celebrado ya el funeral de sus seres queridos. «Es una gran losa pensar que nunca sabremos qué les sucedió», se lamentó el padre de uno de los 153 viajeros chinos.

personas viajaban a bordo del Boeing 777-200ER de Malaysia Airlines que cubría la ruta Kuala Lumpur-Pekín el pasado 8 de marzo. Todos los avistamientos de objetos que podrían haber pertenecido al vuelo MH370 han sido falsas alarmas.