Sociedad

Las pesas indiscretas de Obama

Un huésped del hotel en Varsovia en el que se alojaba difunde por internet fotos del presidente en el gimnasio

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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Obama, ¿qué se siente al saberse espiado? ¿Al descubrir que alguien observa tus movimientos cuando crees tener intimidad? No fue la Agencia Nacional de Seguridad, sino un huésped del hotel Marriott de Varsovia, donde se alojó el pasado martes. Las fotos y el vídeo de apenas un minuto y 28 segundos aparecieron colgados por primera vez en la cuenta de Facebook de Jean Ekwa, un publicista cuyos amigos concluyeron que «para ser la cabeza de una superpotencia como EE UU está un poco esmirriado».

Quienes saben más de pesas que esta corresponsal aseguran que Obama suda y pone gestos de dolor al levantar pesas de apenas un kilo en cada brazo, todo un esfuerzo para quienes no levantamos más que el ratón. La rutina completa de pesas, escalones y máquina sólo duró media hora. Otros más considerados se admiran de que el líder del mundo libre se tomara ese tiempo en su apretada agenda para mantenerse en forma, con lo fácil que es perder la disciplina cuando se sale de viaje...

De la página del publicista polaco a los tabloides de todo el mundo no pasó más que un día. Las imágenes de Obama, con un chándal oscuro y una camiseta blanca, enfrascado en la música de su iPod mientras sacaba bíceps, ha fascinado a propios y extraños, por lo ajeno que se le ve a la presencia de esa cámara. Su propietario afirma que tuvo que burlar la atenta mirada de los servicios secretos, pero el portavoz de estos ha negado que prohibieran al resto de los huéspedes el uso del teléfono. «Esto es como si el presidente hubiera cenado en un restaurante fuera de su agenda oficial y otros comensales hubieran tomado fotos de él», explicó Brian Leary, según el cual, el presidente estuvo rodeado de agentes en todo momento y por lo tanto nunca estuvo en peligro. Es, sin embargo, la primera vez que se filtran semejantes fotos.

Obama lleva más de cinco años en el poder sin que se le haya visto más que jugar al baloncesto y al golf, aunque en Chicago se le veía entrar y salir del gimnasio regularmente. Su mujer, Michelle, se levanta a las 4.30 o 5 de la madrugada para hacer deporte. «A menudo me encuentro con Barack, pero llega cuando yo voy por la mitad o estoy terminando», ha dicho. Sus brazos bien contorneados dan fe de que trabaja bíceps y tríceps, además de hacer yoga y pilates. Cuando sale de viaje lleva en la maleta un cordel con el que practicar en cualquier parte.

George W. Bush era famoso por hacer footing en los parques y jardines de los hoteles, con los agentes de los servicios secretos corriendo detrás de él. Bill Clinton no aprendió las reglas de la vida sana hasta que sufrió una angina de pecho y tuvo que pasar por una operación a corazón abierto para desbloquearle cuatro arterias. Ninguno de los que aspiran a suceder a Obama en la Casa Blanca ha demostrado más dedicación a la cámara mientras están en el gimnasio que Paul Ryan, el ex candidato a vicepresidente con Mitt Romney, que enseñó a la revista 'Time' su plan de ejercicio en plena campaña electoral. A su lado, ciertamente palidecen las pesas de Obama, pero el presidente le ganó la vez en la Casa Blanca.