Bueno para hipotecados, pero malo para bancos y ahorradores
La inflación podría subir ahora al haber más estímulos que ayuden al consumo, una carambola que resolvería el otro gran problema del BCE
MADRID. Actualizado: GuardarNunca llueve a gusto de todos, aunque esta vez serán pocos los que prefieran cubrirse con el paraguas para evitar que les alcancen las medidas que el BCE adoptó ayer. Y es que ahora, por mor del riesgo de deflación que algunos situaban ya sobre Europa, incluso los llamados efectos de segunda ronda pueden terminar resultando positivos.
Los primeros beneficiados por la histórica rebaja de tipos en la zona euro (del 0,25% al 0,15%) serán las decenas de miles de hipotecados que tienen que revisar el interés de sus préstamos. Eso sí, como el euríbor a 12 meses -la referencia que se aplica al 80% de ellos en España- estaba ya en mínimos (el 0,562% en la jornada de ayer) difícilmente habrá mucho más recorrido a la baja.
Incluso ese índice ha llegado a moverse en ocasiones por libre. Ya lo hizo tras bajar el BCE por vez primera el precio del dinero del 1%, en julio de 2012. Con todo, si el descenso de los tipos se trasladara tal cual a las revisiones hipotecarias, el ahorro sería sólo de alrededor de 60 euros anuales para un crédito tipo de 120.000 euros a 20 años y un interés de euríbor más medio punto.
A priori, también el resto de préstamos financieros deberían recortar sus tipos de interés, incluyendo los del consumo. Ello, unido a un cierto alivio en las hipotecas, debería fortalecer la demanda -sobre todo, la interna- y contribuir así al crecimiento económico. Sin embargo, esta regla que funcionaba en épocas pretéritas se ha demostrado con la crisis que ya no es automática, sobre todo porque muchos hogares siguen teniendo a alguno de sus miembros en paro o bajo clara amenaza de caer en el desempleo.
En el caso de las empresas, las más endeudadas como constructoras e inmobiliarias podrían aprovechar para tratar de renegociar sus líneas de financiación, al socaire de que los tipos más bajos también podrían traducirse en una reactivación del sector con más compras de viviendas. Además, y siempre si las cosas salen como el BCE ha planeado, la nueva barra libre de liquidez de 400.000 millones de euros para los bancos debería ir acompañada de un aumento de los créditos que conceden a empresas y particulares, aunque habrá que esperar a la letra pequeña.
Positivo para la deuda
Para el Tesoro y los inversores en Bolsa, la rebaja de tipos también resulta, a priori, positiva. En el primer caso porque el coste de la deuda pública se verá sometido aún a menos tensiones -y descenderá la prima de riesgo- y en el segundo porque la renta variable gana atractivo. Asimismo, es bueno para los exportadores porque el euro caerá y sus productos resultarán más baratos sin ajustar precios, aunque a los turistas les resultará más caro viajar al extranjero por el cambio de divisas.
En otra época, la probable subida de precios que provocará a medio plazo el descenso del tipo de interés oficial (por el incremento devenido del consumo) sería negativa. Hoy, por el contrario, se antojaría una carambola maestra para el BCE, ante una inflación que lleva meses a la baja y aún preocupa a los expertos.
A quienes seguro que perjudicará es a los ahorradores, pues los bancos se apresurarán a trasladar el recorte de tipos a la rentabilidad de sus depósitos, que resultará a partir de ahora claramente exigua salvo que la competencia entre entidades aminore ese efecto. Difícil será porque su margen de intereses se reducirá y sufrirá la cuenta de resultados.