Alemania «toma nota» de una actuación que Francia aplaude
MADRID. Actualizado: GuardarDifícil fue escuchar ayer críticas a la decisión unánime del consejo de gobierno del BCE de insuflar un aparente vendaval de financiación a la recuperación económica. Entre los gobernantes del euro que hablaron, todo fueron alabanzas o, en su defecto, respaldos tácitos a las decisiones de la institución.
Uno de los más satisfechos fue el presidente francés, François Hollande, quien valoró que Mario Draghi y su equipo hayan ido más allá de una manida rebaja de tipos. «El BCE ha tomado conciencia de que el peligro no es la inflación sino la deflación», advirtió ante la prensa tras finalizar la cumbre del G7 en Bruselas. «Es el riesgo -continuó- de tener economías que no despeguen suficientemente, y de tener empresas que no logren financiarse».
Aunque Hollande habría querido que el instituto emisor europeo hubiera ido incluso un paso más allá con más medidas, destacó que al final haya tomado nota de que «conviene facilitar el acceso al crédito, mirando a los actores económicos». Menos expresivo fue el presidente italiano, Matteo Renzi, quien pese a no entrar en detalles consideró que «hay un consenso muy amplio» entre los socios europeos sobre «las acciones que está tomando» el BCE.
La canciller alemana, Ángela Merkel, fue incluso más comedida en sus palabras, pese a que semanas atrás no había dudado en lanzar mensajes en contra de medidas que favorecieran una apertura descontrolada del grifo crediticio. «El BCE toma sus decisiones de forma independiente», señaló con cierta frialdad. «Tomamos nota, ningún comentario más», concluyó.
Claramente complacidos parecían, por contra, los responsables del Fondo Monetario Internacional. «Acogemos con gran satisfacción la postura muy proactiva del BCE», dijo desde Washington su portavoz, Gerry Rice, que también ensalzó la disposición declarada por Draghi de que «está dispuesto a hacer más si es necesario». De hecho, contemplan que este no será el último capítulo.