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Podemos ser inclusivos o extractivos

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La abstención actuó durante la campaña electoral como un fantasma que no solo merodeaba, sino que se convirtió en el núcleo del problema político. Su análisis desde la óptica de la política económica determina que el comportamiento del ciudadano es poco racional. El beneficio que obtendríamos en caso de votar, consiste en que nuestro bienestar aumentará si gana el candidato que votamos. Cuanto más relativo sea el beneficio esperado, menos incentivos tendremos de ir a votar. Eso es exactamente lo que ha pasado. Por lo que la teoría esgrimida por los dos grandes partidos, aludiendo a la utilidad del voto si es para ellos, cae por su propio peso, cuando lo que pretende el elector es su satisfacción personal, más que el previsible beneficio esperado. Visto la alta abstención y la gran dispersión del voto, llego a la conclusión que los ciudadanos sólo han tenido el impulso de dar riendas suelta a su satisfacción personal. La problemática expuesta no es solo española, es extrapolable a toda Europa. Pero, a pesar del desconcierto inicial después del definitivo recuento, un dato curioso extensible en todo el continente, las Bolsas europeas reaccionaron eufóricas a los resultados electorales. Sólo se me ocurre hacer un análisis optimista al respecto, los ciudadanos han puesto sobre aviso a sus políticos para que regeneren la vida política en toda su dimensión, también en Europa. Las cárceles están vacías de políticos y gestores de empresas públicas, cuando y a las pruebas me remito, los casos de corrupción son abrumadores.

Y ante el desconcierto surgido para los tradicionales partidos políticos de gobierno, aparece el populismo, la izquierda más rancia, el anti capitalismo plagado de medidas colectivistas, el bolivarianismo del Cono Sur en estado puro, eso es en síntesis Podemos. Sólo un pequeño desmenuce de su programa me evoca el período más duro de la URSS de Stalin: Fiscalidad, patrimonio, deuda pública, sector público, expropiaciones, jubilación, comunicación, reforma laboral, inmigración, política exterior y entidades financieras. Sólo ha faltado advertir posibles purgas ante la mera antipatía y los traslados masivos de la población para su desnaturalización.

Podemos es el paradigma político de las instituciones extractivas, diseñadas para extraer ingresos y riquezas de un sector de la sociedad para beneficiar a otro. Las instituciones extractivas convierten a los Estados benefactores del populismo en Estados saqueadores que manejan gobiernos eternizados en el poder. Paradigma de la demagogia contra la pobreza, donde la prosperidad pasa a ser una cuestión de instituciones públicas. Son los que consideran que la pobreza crea una categoría petrificada de ciudadanos que no están facultadas en ningún caso para prosperar en libertad. La antítesis de los Estados que tienen instituciones políticas y económicas inclusivas, que son las que crean los incentivos y oportunidades necesarias para la inversión y la innovación y crean las bases para el equilibrio socio-económico.