Decenas de personas participan en un acto en apoyo al presidente El-Asad en la ciudad portuaria de Latakia. :: AFP
MUNDO

La oposición nacional siria llama al boicot de las elecciones presidenciales

Por primera vez se podrá elegir al jefe del Estado entre tres candidatos, pero nadie duda de la victoria de El-Asad, cuyos carteles inundan el país

DAMASCO. Actualizado: Guardar
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La Siria que controla el régimen se viste de carteles con la foto de Bashar el-Asad y banderas nacionales ante la cita de las urnas del martes. Por primera vez los sirios podrán elegir entre tres candidatos a su próximo presidente, pero nadie duda de la victoria aplastante de El-Asad, cuyo rostro es omnipresente desde que se cruza la frontera libanesa. Los carteles oficiales de campaña presentan a un Bashar pensativo, con fondo de color verde y el eslogan 'Sawa' (juntos), «el mismo empleado por Vladímir Putin en su última campaña», recuerdan los miembros de la plataforma opositora Construcción del Estado Sirio, encabezada por el intelectual y ex preso político Louay Husein.

El grupo opositor representa una de las pocas voces críticas que operan dentro del país y llama a los sirios a «boicotear la cita con las urnas que el régimen disfraza de proceso democrático, pero que sólo servirá para acentuar la división nacional. Es cierto que El-Asad ha logrado cierta estabilidad en algunas partes, pero dando la espalda al resto del país actúa como el responsable de una milicia, no como un jefe de Estado», explican sus representantes en Damasco.

Desde el régimen, sin embargo, consideran las elecciones una «puerta para poner fin a la situación de Siria en momentos en que las fuerzas que apoyan al terrorismo, sean en EE UU, Europa o en el Golfo, se esfuerzan para prolongar la crisis», según declaraciones del ministro de Información, Omran al-Zoubi, al canal Al-Manar. Las autoridades recibieron los resultados del voto extranjero en las 43 embajadas sirias y «la participación fue del 95%», informó el vicecanciller Faysal al-Mekdad. En la legación de Líbano -país que acoge a un millón de refugiados sirios- la fuerte afluencia obligó a tomar medidas al Ejército libanés para controlar a las decenas de miles de votantes.

La llamada al boicot de la oposición nacional contrasta con la sensación que transmiten las calles de la capital, donde cuesta levantar la mirada sin encontrarse a El-Asad. Además de las fotos oficiales de campaña, ministerios, comercios y organizaciones públicas y privadas de todo tipo plantan sus carteles de apoyo con eslóganes como 'Bashar para siempre'.

Hay que rebuscar en las paredes y farolas para dar con Hassan al-Nuri, empresario, y Naher al-Hajjar, diputado y simpatizante comunista, los otros dos candidatos que participan en la cita con las urnas. Tras su segura victoria el martes, el presidente renovará su mandato hasta 2021 y habrá cumplido 21 años frente de Siria, cada vez más cerca de los 29 que hizo su padre.

Sin alto el fuego

Siria se dispone a cumplir el trámite electoral en un clima de guerra abierta que dura más de tres años y ha costado la vida a más de 162.000 personas, según los datos del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). En Damasco retumban las explosiones de la artillería del régimen y los morteros de la oposición armada y en Alepo siguen los combates por el control de una ciudad en la que al menos veinte miembros de las fuerzas leales a El-Asad murieron en un ataque de brigadas islamistas del Frente Islámico contra un túnel cerca del mercado de Al-Zahraui, en el casco viejo, informó el OSDH.

Esta organización con sede en Londres, que cuenta con una amplia red de contactos sobre el terreno, denunció esta semana que desde comienzo de año unos 2.000 civiles, entre ellos cientos de niños, han fallecido en los ataques aéreos del ejército sirio contra la provincia de Alepo, muchos de ellos llevados a cabo con barriles explosivos (fabricados en metal, con una capa de cemento en su interior, llenos de TNT y con nula precisión). Naciones Unidas alerta que la decisión del Consejo de Seguridad de no acudir a la Corte Penal Internacional, debido al bloqueo de Rusia, «podría implicar sobre todo más atrocidades» en la batalla por el control de Alepo, ciudad en disputa desde hace más de dos años.