Nueva noche de graves incidentes en el conflicto de Can Vies
Tras una jornada pacífica, en la que los okupas trataron de reconstruir el centro, los choques regresaron al barrio barcelonés de Sants
BARCELONA. Actualizado: GuardarSexta noche de protestas contra el desalojo de la casa okupa de Can Vies, en Barcelona, y como en las jornadas anteriores, salvo la del viernes, las protestas acabaron con graves incidentes. Al cierre de esta edición, los manifestantes, jóvenes encapuchados de estética antisistema, quemaron doce contendores y dos vehículos y libraban una batalla a pedradas con la Policía catalana.
Los enfrentamientos tuvieron lugar al final de la marcha convocada en el centro de Barcelona, en defensa de la casa okupa, y a la que acudieron unas 5.000 personas. Los instantes iniciales de la manifestación transcurrieron de manera pacífica, pero a medida que la marcha fue avanzando, lo hizo además sin una dirección concreta y de manera algo improvisada, algunos manifestantes se fueron disgregando, lo que provó la actuación policial cuando empezaron a provocar destrozos en el mobiliario urbano y en algunas sedes bancarias.
La Policía catalana esperaba disturbios, ante el riesgo de que en la manifestación se juntaran colectivos antisistema de toda la ciudad, y existía el riesgo de que se infiltraran agitadores de anarquismo internacional. Las cargas policiales se intensificaron cuando una columna de exaltados trató de dirigirse a la plaza Sant Jaume, donde está la sede del Ayuntamiento (y de la Generalitat), ya que una de las reivindicaciones del colectivo reclama la dimisión del alcalde Xavier Trias (CiU).
Los primeros partes policiales hablaban sobre las 22.30 horas de dos detenidos, que se unieron a los 60 que arrestaron los Mossos en las protestas de los días atrás. Uno de ellos, fue enviado a prisión por el juez y una veintena pasó a disposición judicial. Más tarde quedaron libres, pero el magistrado les prohibió asistir a manifestaciones.
La jornada se antojaba importante en las negociaciones entre los mediadores del Ayuntamiento y el propio colectivo okupa. Porque a pesar de que la plataforma de apoyo a Can Vies da por roto el diálogo con el consistorio, el caso es que los gestos del gobierno municipal (detener el derribo de la casa y permitir las acciones de protesta) habían surtido efecto y el viernes se vivió la primera noche de protestas sin incidentes . Apareció una sede de Convergència destrozada, pero fue un caso aislado.
Un portavoz del colectivo de Can Vies pidió al Ayuntamiento de Barcelona que les «deje en paz» y que haga gestiones para liberar a los detenidos durante los disturbios de los últimos días. Según este portavoz de «la asamblea» de Can Vies, que utiliza el pseudónimo de Pau Guerra, no hay «ningún riesgo» de que se desplome el resto del edificio. Sobre las conversaciones con el Ayuntamiento y los intentos de mediación que ya existen, el mismo portavoz señaló que «no sabemos de qué quieren hablar después de haber empezado a derruir el edificio». «Mejor que nos dejen en paz de una vez, porque está demostrado que si nos tocan las narices el barrio de Sants se cansa y se quema, mientras que si no lo hacen permanece tranquilo, como hoy, que no hay presencia policial y todo va bien», apuntó.
Recontrucción del centro
La rebaja de la tensión se añadió a las protestas matinales de ayer, que transcurrieron en un marcado ambiente festivo. Cientos de simpatizantes del colectivo de Can Vies acudieron a la casa okupa a tratar de reconstruirla, porque su intención de reokuparla.
Los jóvenes comenzaron a sacar las vallas y empezaron a retirar los escombros del edificio, que se encuentra ya parcialmente derrumbado, con la intención de reconstruirlo. Después formaron una cadena humana de casi un kilómetro de longitud que sirvió para llevar los ladrillos de Can Vies hasta la puerta de la sede de la junta de distrito municipal de Sants. Los Bomberos de Barcelona examinaron la zona e indicaron a los activistas los lugares en que existe peligro de desprendimiento de las vigas y paredes que todavía permanecen en pie.
El regreso del colectivo de Can Vies al lugar, que ha ocupado durante los últimos 17 años, no ha comportado ningún incidente destacable y el barrio de Sants vivió durante la mañana un ambiente festivo por la celebración del 'Firaentitats', la feria que los comerciantes instalan anualmente en medio de la calle de Sant.
Sin embargo, las escenas de violencia que dejó la noche tiraron por tierra las buenas intenciones del colectivo y evidenciaron que la plataforma que apoya a Can Vies no consigue aislar a los violentos, que se inflitran en sus manifestaciones, al menos en las nocturnas.