Treinta detenidos por tratar de introducir ocho toneladas de hachís desde Marruecos
MADRID. Actualizado: GuardarLa Policía Nacional ha detenido a 36 personas de una red que pretendía introducir desde Marruecos ocho toneladas de hachís en barco por la zona de la desembocadura del río Guadalquivir, droga que procedía en parte de otros narcotraficantes a los que asaltaban a punta de pistola o disfrazados de policía. Con la 'operación Espabila', realizada conjuntamente con la Guardia Civil y la Agencia Tributaria, se ha dado por desarticulada esta organización criminal, que tenía su base en la provincia de Cádiz y pretendía introducir en la península 8.560 kilos de esa droga.
Según informó la Policía, la investigación se inició el pasado agosto, cuando los agentes detectaron una red que podría estar usando la zona de la desembocadura del Guadalquivir para meter droga en el país. En una primera fase de la operación se interceptaron seis alijos de estupefaciente, que eran transportados en grandes embarcaciones semirrígidas de gran potencia, pesqueros o embarcaciones de recreo.
Dentro de esta fase, los agentes detuvieron asimismo a doce personas y se intervinieron 286 fardos de hachís , que arrojaron un peso de 8.560 kilogramos. Tras analizar la información obtenida en otras operaciones anteriores en las que se investigaban delitos de secuestro, extorsión, robo con violencia e intimidación, tenencia ilícita de armas y tráfico de drogas, los agentes localizaron a un grupo de la organización que se encargaba de robar la mercancía a otros narcotraficantes cuando estos la transportaban a España.
Infiltrados
Para ello, intimidaban a las otras bandas con armas de fuego e incluso se disfrazaban de policías simulando una operación de las fuerzas de seguridad. Algunos de sus miembros también se infiltraban en las labores de descarga de la sustancia de otras organizaciones de narcotraficantes, con lo que obtenían información sobre la mercancía para después sustraer la droga.
La segunda fase de la operación se realizó en Sanlúcar de Barrameda, en Coria del Río y Sevilla, donde fueron arrestados veinte miembros de la red, incluidos los jefes de la misma, que estaban afincados en la capital hispalense. Al mismo tiempo se llevaron a cabo diez registros domiciliarios, en los que se intervino un arma de fuego y munición blindada que usaban los jefes de la banda para mantener su poder en la organización. También se requisaron dos pistolas detonadoras, una carabina, 16 kilos de marihuana y 17.000 euros en efectivo, entre otros bienes.