Las protestas incendian Brasil
Decenas de huelgas y manifestaciones sumen al país en un caos diario a escasas dos semanas del inicio del Mundial
BUENOS AIRES. Actualizado: GuardarA menos de dos semanas de la inauguración de la Copa del Mundo, la tensión crece en las calles de Brasil por las protestas sociales que no cesan. Policías, conductores de autobuses, médicos, docentes, empleados de comercio, indígenas y miembros de diversos movimientos sociales convocan huelgas y manifestaciones que en muchos casos derivan en violentos enfrentamientos con la Policía.
Las protestas son más organizadas pero menos masivas que en junio de 2013, cuando surgieron espontáneamente durante la Copa Confederaciones. La presidenta está convencida de que en cuanto empiece el campeonato los brasileños «van a enloquecer», lo que no quita para que esta misma semana Dilma Rousseff haya encargado a la Fuerzas Armadas la seguridad de las 32 selecciones que participan en el Mundial, que comenzará el 12 de junio.
Fue después de que unos 200 estudiantes rodearan el autobús en el que viajaban los jugadores de la 'canarinha' desde el hotel en Río de Janeiro hasta la ciudad de Teresópolis cuando la mandataria tomó la decisión de reforzar el dispositivo de vigilancia. Los manifestantes bloquearon la salida del vehículo, colocaron pegatinas en contra del Mundial y la emprendieron a golpes contra el ómnibus. Horas después, cuando la selección llegó al lugar de la concentración, otro grupo de maestros aguardaba a los jugadores para protestar. Los profesores, al igual que millones de brasileños, están resentidos por el gasto que supone el Mundial para las arcas públicas en un momento en el que la inflación carcome sus ingresos y la infraestructura social sigue atrasada. El año pasado los docentes cariocas protagonizaron una huelga de más de dos meses y este año han vuelto a la carga. Esta misma semana la justicia declaró ilegal la protesta, pero no pudo frenarla.
«Arrestos preventivos»
También los conductores del transporte público realizaron el miércoles una huelga de 24 horas en Río, ciudad en la que ya se han incendiado cientos como forma de protesta contra las deficiencias que atraviesa el sector. El día anterior, otra manifestación, esta vez de miembros de un centenar de etnias indígenas de todo el país, tomó las calles de la capital para protestar por la decisión de Rousseff de frenar la demarcación de sus tierras para favorecer a grandes productores agrícolas. Con la vestimenta originaria de sus tribus, sus plumas y los rostros pintados, los indígenas atacaron a la Policía a caballo con arcos y flechas e hirieron a uno de los uniformados.
La protesta, que se realizaba frente al estadio Mané Garrincha de la capital brasileña, fue reprimida con gases lacrimógenos y obligó a las autoridades a suspender la ceremonia en la que se iba a inaugurar la exhibición del trofeo del campeonato. Ese mismo día, en Salvador de Bahía, otra huelga de conductores de autobuses paralizó el transporte público. En esa ciudad, donde el combinado de España se enfrentará a Holanda el 13 de junio, ya había habido una huelga de policías que se prolongó once días y desató una orgía de violencia y saqueos que derivó en la muerte de 152 personas.
En Sao Paulo, empleados del comercio protestaron ayer frente a la Prefectura por las últimas decisiones tomadas por el Gobierno de Rousseff respecto al sector. En la misma ciudad, donde se celebrará el partido inaugural entre Brasil y Croacia, también se manifestaban ayer docentes y miembros del Movimiento Pase Libre, populares desde que lideraron las protestas callejeras de 2013.
Para la semana próxima los empleados del metro paulista prometen sumarse a las protestas con una huelga que podría dejar sin transporte a 4,5 millones de usuarios a sólo una semana del Mundial. Las autoridades de Sao Paulo ya advirtieron de que están vigilando a los presuntos activistas y no descartan realizar «arrestos preventivos» de personas dispuestas a «cometer actos violentos, romper cosas, hacer vandalismo y atacar gente», dijo el funcionario de seguridad Fernando Grella.