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Pablo Iglesias lanza un guiño a las bases socialistas pero descarta pactar con su dirección
Acusa a los dirigentes de PP y PSOE de estar más preocupados por ser consejeros de grandes empresas que por servir a la ciudadanía
MADRID. Actualizado: GuardarLos más de 1,2 millones de votos en las pasadas europeas los ha convertido en la cuarta fuerza política. De extrapolarse estos resultados a unas elecciones municipales o generales, Podemos tendría en su mano ser la llave de numerosos gobiernos.
La formación encabezada por Pablo Iglesias afirma que por el momento nadie se ha dirigido a ellos para forjar posibles alianzas de futuro. No obstante, Iglesias anticipó ayer las condiciones que Podemos pondrá a cualquier partido que quiera ir con ellos de la mano en próximos proyectos. Entre ellas, el eurodiputado electo citó una subida de impuestos a los que más ganan, la defensa de la sanidad pública o el fin de los paraísos fiscales.
Sobre la posibilidad de alcanzar futuros acuerdos con el PSOE, Iglesias manifestó que su organización puede coincidir en muchos aspectos con las bases socialistas, pero en ningún caso con los dirigentes del partido, a los que acusó, al igual que los del PP, de estar solo preocupados por ocupar puestos en los consejos de administración de las empresas del Ibex-35.
El profesor de Ciencias Políticas se detuvo en contestar a las declaraciones que Felipe González realizó el pasado jueves, en las que, en referencia al éxito de Podemos, el expresidente del Gobierno alertó de que «una alternativa bolivariana sería una catástrofe para España». Iglesias, que se refirió con ironía al exjefe del Ejecutivo como «consejero delegado de Gas Natural», lamentó que «una figura política de primer orden haya quedado reducida de manera tan patética a una caricatura de sí misma».
El portavoz de Podemos tampoco cerró la puerta a la posibilidad de formar un frente de izquierdas con IU y Equo, y subrayó que todas las opciones se analizarán a su debido tiempo. Ahora, explicó usando un símil futbolístico, «toca parar el balón y levantar la cabeza». No se dará así ningún acuerdo hasta la celebración de una gran asamblea, que anunció para el próximo otoño.
«Se les acabó el chollo»
La palabra 'casta' fue la que más veces repitió Iglesias durante su comparecencia. Con ella se refirió a PP y PSOE, a los que culpó de que hoy exista «un sistema corrupto, injusto y desigual». Pero ahora, con la irrupción de Podemos, «se les acabó el chollo». «Se acabó la cultura de tomar las decisiones políticas en los despachos de las grandes empresas y en los reservados de los restaurantes», incidió.
Para destacar aquello que diferencia a su partido del resto, Iglesias anunció que Podemos renunciará al 90% de los 1,5 millones de subvenciones electorales comunitarias que les corresponden por haber obtenido cinco eurodiputados. También apuntó que él y sus cuatro compañeros cobrarán un máximo de 1.935 euros en cada una de las 14 pagas del año, lejos de los cerca de 8.000 euros al mes a los que tendrían derecho como miembros de la cámara de Estrasburgo.
A pesar de que han transcurrido seis días desde los comicios, Iglesias insistió en mantener un discurso electoral y vaticinó que «el Ejecutivo va a seguir arrodillado ante las políticas de ajuste impuestas por la troika, a la que nadie ha votado en unas elecciones». Para poner fin a esta situación aseguró que en año y medio, con motivo de las elecciones generales, su partido estará en disposición de presentar una candidatura «con gente más preparada que la de los partidos de la casta» y dispuesta a sacar a España de la crisis económica y social.