Los rebeldes intensifican su ofensiva
El autoproclamado primer ministro de la República de Donetsk admite por primera vez la presencia de rusos entre los sublevados
MOSCÚ. Actualizado: GuardarTras la elección el pasado domingo de Petro Poroshenko como presidente de Ucrania, la milicia separatista prorrusa intensificó su actividad, tratando de hacerse con el control del aeropuerto y la estación de ferrocarril de Donetsk. La reacción de la Guardia Nacional y el Ejército ucraniano fue inmediata, pero no menos fulminante está siendo la respuesta de los insurgentes, cuyos destacamentos consiguieron ayer derribar un helicóptero, hacerse con un cuartel entero, asediar un campamento de la Guardia Nacional y atacar una columna de camiones del Ejército ucraniano.
Según el presidente de la Rada (Parlamento), Alexánder Turchínov, los rebeldes derribaron un helicóptero en las inmediaciones de Slaviansk (región de Donetsk), en el que viajaba el general Serguéi Kulchitski, que estaba al frente de una de las divisiones territoriales de las tropas del Ministerio del Interior y ahora supervisa la instrucción de la Guardia Nacional.
El aparato fue alcanzado al mediodía por un misil de «fabricación rusa», aseguró Turchínov, y su explosión y posterior caída a tierra causó la muerte de sus 14 ocupantes. Poco después, fuentes castrenses precisaron que fueron 12 las bajas sufridas. Testigos presenciales, citados por agencias rusas, declararon que los separatistas abatieron un segundo helicóptero, pero nadie confirmó tal extremo.
De madrugada, un cuartel situado en las afueras de Lugansk fue atacado por insurgentes. Tras un tiroteo, los militares ucranianos se entregaron. Entre ellos había 80 soldados de reemplazo. Ayer, a primera hora de la tarde, fue también asaltado un campamento de la Guardia Nacional en Alexandrovka (región de Lugansk). Los asediados resistían horas después a la ofensiva de los separatistas. Mientras, la versión digital del rotativo Ukraínskaya Pravda aseguraba que un convoy militar ucraniano fue ayer objeto de una emboscada cerca de la localidad de Izium, en la región de Járkov. Un balance inicial hablaba de un muerto y tres heridos. Los rebeldes acusaron ayer al Ejército ucraniano de emplear artillería, aviación y cohetes Grad en Slaviansk y la vecina Kramatorsk, algo que Kiev desmiente.
El primer ministro de la autoproclamada República Popular de Donetsk, Alexánder Borodái, admitió por primera vez la presencia de rusos entre los sublevados. Dijo que entre los milicianos muertos el lunes en los combates en el aeropuerto de Donetsk hay 33 de nacionalidad rusa. Hasta ahora, la milicia separatista había negado que en sus filas hubiera rusos. También el Kremlin ha rechazado repetidamente tal posibilidad.
«Sanos y salvos»
Los separatistas tienen en su poder a cuatro observadores de la OSCE, un danés, un estonio, un suizo y un turco. El autoproclamado alcalde de Slaviansk dijo ayer que todos ellos están «sanos y salvos» y serán liberados tras ser sometidos a un interrogatorio para determinar si pertenecen efectivamente a la OSCE.
La Comisión Electoral Central de Ucrania anunció ayer, tras finalizar el escrutinio, el resultado definitivo de los comicios del domingo, según los cuales Poroshenko ha obtenido el 54,7% de los votos. Su investidura tendrá lugar el próximo 7 de junio y a ella, según el Kremlin, no acudirá el presidente ruso, Vladímir Putin. Éste no ha felicitado todavía a Poroshenko por su victoria en los comicios.
El Ministerio de Exteriores ruso instó una vez más a Ucrania a poner fin a la operación militar llevada a cabo en el este del país. «Exigimos de nuevo a Kiev que cese la guerra fraticida, que comience un diálogo nacional real con todas las fuerzas políticas y con los representantes de las regiones a fin de buscar una salida a la profunda crisis que atraviesa Ucrania», decía el comunicado.