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Egipto cierra unas elecciones marcadas por la abstención
Denuncias de fraude y colegios vacíos acompañan la decisión de ampliar en un día el período para votar en las presidenciales de El-Sisi
EL CAIRO. Actualizado: GuardarEgipto cerró anoche los colegios electorales y abrió la batalla de las cifras. Lejos quedan los tiempos en los que la incógnita era el resultado. La participación es la trinchera en la que se libra la guerra de la legitimidad, y Abdelfatah el-Sisi, el futuro presidente, comenzará su mandato cuestionado por el poco entusiasmo de los votantes y las artimañas de unas autoridades claramente volcadas a su favor.
Una soledad casi melancólica embargaba ayer la gran mayoría de los colegios electorales de la capital. A las puertas, policías ociosos departían con algún vecino, mientras que soldados ataviados con ropa de combate sudaban tras los sacos terreros que instalados para proteger a los votantes de cualquier posible ataque. El aburrimiento era, sin embargo, el único enemigo. «Quien quiso votar ya lo hizo en los dos primeros días. Hoy apenas ha aparecido nadie», reconocía a las puertas de la escuela de Bellas Artes de Zamalek una observadora local.
La decisión de la Comisión Electoral de ampliar en un día más el plazo de votación para combatir la abstención demostró ser un auténtico fiasco innecesario. Los interventores del único rival del exmariscal, el izquierdista Hamdin Sabahi, se retiraron ayer de los colegios en protesta por la medida que busca otorgar legitimidad al futuro gobierno de El-Sisi. El propio Sabahi, al que muchos de sus seguidores le habían pedido a través de las redes sociales que se retirara para no formar parte de una «farsa», aseguró que, a pesar de las violaciones contra su campaña, había decidido no abandonar «por respeto a sus votantes».
La medida plantea nuevas dudas sobre «la independencia de la comisión electoral, la imparcialidad del Gobierno y la integridad del proceso electoral egipcio», denunció Democracy International, una de las ONG acreditadas como observadoras de los comicios. Movimientos juveniles que habían llamado al boicot, como el 6 de Abril, aseguraron que la alta abstención demostraba que los comicios habían sido un «fracaso», y que el exmilitar no cuenta con un apoyo tan amplio como el que el ejército reivindicó para derrocar el pasado verano al islamista Mohamed Mursi por la fuerza.
Aunque la intervención de última hora de la Comisión Electoral -que al final del segundo día cifraba la participación en un 37%- ha resultado ser más «perjudicial» para los candidatos que otra cosa, en el amaño «hay un reconocimiento de la importancia de la participación como indicador de la legitimidad», defiende el analista Ibrahim Awad. «Hoy todo el mundo está hablando de la baja participación, por lo que va a ser difícil manipularla», sostiene este profesor de la Universidad Americana de El Cairo, una de las diferencias con tiempos anteriores, «al igual que las consecuencias políticas, que antes no había».