La vieja guardia defiende la elección a través de delegados
Bono, Chaves y Jáuregui sostienen que los estatutos internos son muy claros en la elección del líder del partido
MADRID. Actualizado: GuardarFrente a la marea que reclama la elección del secretario general del PSOE por el voto de toda la militancia, tres claros exponentes de la vieja guardia del partido se opusieron al procedimiento y defendieron la fórmula tradicional de elección vicaria a través de los delegados al congreso.
El expresidente andaluz Manuel Chaves pidió «respetar las normas» que se aprueban en los congresos y en el último, celebrado en febrero de 2012 en Sevilla, se acordó mantener que la elección del secretario general recae en los delegados. Si se cambian las reglas dijo que lo aceptará, pero hasta entonces reclamó que se apliquen las vigentes.
El expresidente del Congreso y de Castilla-La Mancha, José Bono, instó a sus compañeros a no convertir la elección del relevo de Alfredo Pérez Rubalcaba en un «pase de modelos» o en una «jaula de grillos», y abogó por encontrar una persona que conduzca al PSOE a la victoria.
El exministro Ramón Jáuregui mantuvo que los estatutos del PSOE «no contemplan que voten los 250.000 militantes», y como «no está previsto así, no se va a hacer así». Al secretario general del partido, dijo, lo van a «elegir los delegados».
Jáuregui defendió el sistema de las elección a través de los representantes de la militancia porque es «plenamente democrática» y rechazó que pueda implicar que haya manejos por parte del aparato del partido. El también exlíder de los socialistas vascos señaló que si en el congreso extraordinario de julio o en otro se aprueba modificar el método entonces se cambiará, pero «en este momento no».
La mayoría de las federaciones, sin embargo, se alinearon con la tesis del voto directo de los militantes. Pero todas no. El PSOE de Aragón señaló por medio de su secretario general, Javier Lambán, que «la norma de siempre» es que al líder del partido lo elijan los delegados. Minimizó las voces que piden el voto directo porque no cree que sea «un movimiento mayoritario». Lo que ocurre, añadió Lambán, es que «hay gente que tiene mucho eco en los medios de comunicación que convierten en doctrina todo aquello que predican».