Miguel Arias Cañete, en la sesión del control al Gobierno de ayer en el Congreso. :: BALLESTEROS / EFE
ESPAÑA

Cañete dice que ignora si será o no comisario y remite la pregunta a Rajoy

Las dudas sobre si Juncker presidirá la Comisión, el retroceso del PP y la polémica tras el comentario machista merman sus opciones

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«No sé, pregúntele usted al señor Rajoy, porque el presidente es el que nombra al comisario». Esta fue la escueta respuesta que ofreció ayer Miguel Arias Cañete a la pregunta sobre si logrará o no uno de los puestos ejecutivos en la Comisión Europea que se conformará en noviembre.

El exministro de Agricultura, un tanto incómodo por la polémica, eludió concretar más sobre si su formación tiene la misma capacidad de presión sobre el Partido Popular Europeo, tras la pérdida de ocho escaños en los comicios del pasado domingo, lo que la convierte en la cuarta fuerza conservadora con más representantes en Estrasburgo, con 16, tras Alemania, Polonia e Italia.

«Yo estoy centrado en organizar el grupo popular en el Parlamento Europeo», comentó Cañete en los pasillos del Congreso. Sus opciones, según fuentes del propio partido, dependen en buena medida de que el conservador Jean Claude Juncker logre, finalmente, ser el relevo de José Manuel Durao Barroso al frente de la Comisión Europea. Mariano Rajoy apoya sin fisuras a Juncker, como dejó claro tras la cena informal que mantuvieron el martes en Bruselas los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea. El ex primer ministro de Luxemburgo fue la apuesta española en el congreso que el PP Europeo celebró en marzo en Dublín en detrimento del francés Michel Barnier, actual comisario europeo de Mercado Interior. El PP se decantó en aquel cónclave por Juncker a cambio de garantizarse el apoyo de varios países a la candidatura de Arias Cañete para una de las comisarías de las calificadas potentes, como la de Comercio. Esta cartera será clave en el próximo mandato ya que la UE negociará tratados de libre comercio con Estados Unidos, China, India y la Alianza del Pacífico, entre otros.

Como segunda opción, Rajoy situó entonces lograr la presidencia del Eurogrupo, organismo clave en las futuras decisiones económicas que adopten los países de la zona euro para salir de la crisis.

El problema Cameron

Lo que no estaba en el guión es que el primer ministro británico, el conservador David Cameron, mostrara su rechazo frontal a Juncker y, sobre todo, que la propia Angela Merkel se muestra ahora reticente a entregar la Presidencia de la Comisión Europea al ex primer ministro luxemburgués.

Además de las turbulencias propias de un reparto de cargos a escala continental, Cañete tiene otro punto débil. La controversia que generó el cabeza de lista del PP al día siguiente de su cara a cara televisivo con Elena Valenciano, al decir que un debate político entre un hombre y una mujer es «muy complicado» porque si el hombre demuestra «superioridad intelectual» da una impresión machista ante una mujer «indefensa», provocó que el PSOE reclamara ayuda de los socialdemócratas europeos para frenar al candidato del PP. Un mensaje que caló fuera de España y que, llegado el caso, puede ser un obstáculo en la negociación que emprenda el Gobierno español.

«Esta acusación de machismo no se sostiene», aseguran fuentes populares en Bruselas, aunque reconocen que en un reparto de cargos comunitarios en el que participan 28 países cualquier incidencia cuenta.

En este contexto de incertidumbre, el horizonte del Eurogrupo parece más factible. De Guindos es el ministro que más suena para este destino. Si se confirma su candidatura, Rajoy se vería obligado a realizar un segundo retoque en el Ejecutivo, pese a que ha negado su intención de hacer una crisis en su Gobierno con independencia del revés electoral que sufrió el PP el domingo con la pérdida de 2,5 millones de votos.