CÁDIZ

Los pilares de la sanidad pública

Son médicos, enfermeros, auxiliares y celadores, muchos de ellos con una trayectoria de más de treinta años en los hospitales públicos de la Bahía El SAS reconoce la labor de 260 profesionales jubilados en los dos últimos años

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La mayoría comenzó en el antiguo hospital de Mora, donde las habitaciones eran casi barracones de más de treinta camas, sin ordenador ni papeleo. Fueron testigos de la transformación de la residencia Zamacola al actual Puerta del Mar, alguno incluso llegó a presenciar aquella explosión controlada que dejó libre el solar sobre el que se levantaría el edificio actual. Ya para entonces el Clínico de Puerto Real había dejado atrás su pasado como hospital de tuberculosos y recibía remesas de profesionales jóvenes que iban creando unidades médicas y construyendo los pilares de la sanidad pública tal como la conocemos hoy.

Tras esa conquista se encuentran los más de 250 profesionales sanitarios que se han jubilado en estos últimos dos años y que recibieron ayer el reconocimiento de sus hospitales. Médicos, enfermeros, auxiliares clínicos y celadores. «Todos ellos, del primero al último, han contribuido a crear nuestro sistema», señaló la delegada provincial de Salud, Miriam Alconchel, poco antes de iniciar el acto. Por el camino han dejado vivencias, anécdotas, momentos difíciles y, el que menos, alrededor de treinta años de servicio al cuidado de los pacientes. Media vida.

Nueva etapa

«Es hora de dejar paso a los jóvenes, que vienen empujando y están bien preparados», comentaban algunos. Otros no ocultaban la nostalgia y llegaban a admitir que si los llamaran, volverían sin dudarlo, como el doctor Rafael Comino, que ha sido jefe de Ginecología de Puerto Real, o Vicenta Reyes, enfermera del Puerta del Mar, que pasó su última etapa en la Unidad de Mama, «la mejor experiencia profesional de mi vida». Durante esos ocho años que pasó en el servicio, Vicenta recuerda también experiencias amargas como el fallecimiento del jefe, Enrique Alonso, para el que tuvieron un cariñoso recuerdo durante el acto.

En total, 260 trabajadores sanitarios, la mayoría de hospital de Cádiz, que disfrutan ya de su merecida jubilación. «¿Y cual ha sido la tasa de reposición?», daba el tirón de orejas el doctor José Carlos Escribano, ya exdirector de la Unidad Clínica de Medicina Interna del Puerta del Mar. Su discurso no se centró en la protesta, tal vez todo lo contrario, pero no quiso dejar pasar la oportunidad para denunciar la falta de personal de la sanidad pública. «Cuando uno lleva treinta años sometido al estrés del día a día, de los jefes, usuarios, compañeros y familiares es el momento de pararse y dejar sitio a los más jóvenes», decía, prometiendo ser un jubilado «normal», aunque «no escriba unas memorias, ni me matricule en Filosofía y Letras», ironizó.

Ahora lo que queda por delante es el tiempo para la familia, los amigos y las aficiones. «Sin mirar cuadrantes ni estar pendientes a horarios», aseguraba María del Carmen Chamorro, enfermera de Puerto Real, orgullosa en delegar en sus compañeros la labor y la calidad de la asistencia «que hay que seguir manteniendo a pesar de todo», porque es el sostén de nuestra sanidad pública.