El primer ministro británico, David Cameron, responde a los periodistas. :: GEORGES GOBET / AFP
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Cameron busca socios para vetar a Juncker

Londres se acerca a Hungría y Suecia para intentar bloquear en el Consejo la elección del candidato del PP por ser demasiado europeísta

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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Los 28 jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea se reunieron anoche en Bruselas para celebrar una cena forma informal en la que compartieron su seria preocupación por el terremoto que la extrema derecha y el euroescepticismo en general han desatado en Europa. Todos coincidieron en cambiar el rumbo, en apostar por el crecimiento, por el empleo, por buscar más alternativas que los recortes y la austeridad que tanto daño han hecho a los partidos tradicionales, a populares y socialistas. Pero además de hablar de la melodía, también lo hicieron del director de orquesta, de si el ganador de las elecciones, el conservador Jean-Claude Juncker, debe o no presidir la Comisión Europa. No lo tendrá fácil. Sobre todo, porque el premier británico, David Cameron, ya ha puesto en marcha la 'operación antiJuncker'.

Son muchos los obstáculos que el ex primer ministro luxemburgués se encontrará por el camino para ser el sucesor de Jose Manuel Durao Barroso al frente del Ejecutivo de Bruselas. Primero, porque el Partido Popular Europeo (PPE) no tiene más alternativa que buscar la gran coalición y llegar a un acuerdo con los socialdemócratas (S&D) de Martin Schulz, que pese a tener 22 escaños menos, no tiran la toalla al considerar que es el PPE el «gran perdedor» de los comicios del domingo al ceder 60 asientos en la Eurocámara. Y segundo, porque Juncker, que ayer recibió el respaldo de Mariano Rajoy o Angela Merkel, puede ser muchas cosas pero no un candidato de consenso.

Se barrunta una durísima negociación política en Bruselas con un claro protagonista: David Cameron. El primer ministro británico, que está dispuesto a echar el resto para evitar que Juncker sea finalmente el elegido por el Consejo al considerarlo demasiado europeísta. No hay que olvidar que el 'premier' viene de sufrir un duro revés electoral de la mano de los euroescépticos de Ukip y que en 2017 prometió convocar un referéndum para que la ciudadanía decida si quiere seguir o no en la UE.

Merkel entra en escena

«La UE no puede ignorar estos resultados y seguir como antes. Necesitamos un cambio. Europa debe concentrarse en lo que importa, en el crecimiento y el empleo en lugar de pretender hacer tanto. Bruselas se ha vuelto demasiado grande, demasiado autoritaria y demasiado entrometida», criticó a su llegada a la cumbre. Con relación al candidato, ratificó que su rechazó a Juncker no ha variado. Todo lo contrario: «Deben ser los Estados miembros los que actúen siempre que sea posible, y Europa solo cuando sea necesario. Y necesitamos gente que dirija esta organización que entienda realmente esto y que pueda construir una Europa que sea de apertura, competitividad y flexibilidad y no del pasado».

¿Cuál es la baza de Cameron? Su estrategia pasa por buscar una mayoría de bloqueo en el Consejo para tumbar la designación del luxemburgués y por supuesto, la del socialista Martin Schulz. Una de sus grandes apuestas sería la de aupar a la actual primera ministra danesa, la socialista Helle Thorning-Scmidt, que también ha sufrido un serio batacazo en las urnas.

El aspirante definitivo debe serlo por mayoría cualificada del Consejo, es decir, que tenga al menos 260 de los 352 votos en liza. Es decir, que la 'operación antiJuncker' necesita 93 para cumplir sus objetivos (ver ficha adjunta). Reino Unido tiene 29, a los que habría que sumar los 12 de Hungría, cuyo primer ministro, Viktor Orban, manifestó hace tiempo que no le apoyará.

Entre los países con los que Cameron ya ha contactado son Suecia (10), cuyo primer ministro, Fredrik Reinfeldt, pidió ayer «tener en cuenta» a Reino Unido; Irlanda (7), Lituania (7) y Eslovaquia (4). En el grupo de los escépticos se encuentra Holanda (13), cuyo primer ministro, Mark Rutte, apoyó al candidato de los liberales de ALDE, Guy Verhofstad, que quedó tercero en las elecciones. Las reticencias son muchas y la persona que ya ha comenzado a tejer complicidades y soluciones de futuro ha vuelto a ser la gran presidenta en la sombra, la canciller alemana. Además, la canciller tiene previsto reunirse entre el 9 y 10 de junio con los líderes de Reino Unido, Suecia y Holanda, para, entre otras cuestiones, abordar el relevo en las instituciones de la UE. Si supera esta primera y dura criba, Juncker deberá superar el examen del Parlamento, un test para el que necesita, sí o sí, el apoyo de los socialistas.

No será fácil, de ahí que la propia Merkel haya evitado apoyar de forma contundente al candidato de su partido a la espera de sondear las verdades posibilidades de alcanzar la inevitable gran coalición. «Juncker es el ganador, es nuestro candidato, pero sabemos que ninguno de los partidos tiene mayoría en solitario, así que de lo que se trata ahora es de encontrar una amplia mayoría y ahora vamos a fijar los parámetros de ese procedimiento», declaró.

España o Finlandia fueron dos de los países que apoyaron sin fisuras al candidato del PPE, mientras que el presidente de Francia, François Hollande, que advirtió de lo que ha pasado en su país con Marine Le Pen es «un problema europeo» y pidió que haya «una reorientación de la construcción europea» a favor del empleo y del crecimiento.