Tres integrantes del grupo femenino pop AKB48, muy célebre en Japón. :: REUTERS
Sociedad

Serrar y cantar

Un perturbado ataca con un serrucho a dos vocalistas del grupo pop japonés AKB48, en un intento de perpetrar una matanza indiscriminada

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Hay muchas maneras de matar. Si el asesino tiene prisa, puede optar por el clásico disparo. Pero si se prefiere el trabajo moroso y artesanal, lo ideal es un serrucho. Al hombre detenido por la Policía japonesa por atentar contra la vida de dos cantantes del grupo femenino pop AKB48 no le movía sin embargo el amor por el bricolaje, pero iba armado con un serrucho. Sus intenciones no eran cariñosas. De hecho, planeaba una matanza indiscriminada, aunque para ello se equivocara en la elección del arma del crimen.

Podía haber echado mano de una motosierra, pero donde exista el 'low cost' que se quite la carrera armamentista. Las dos cantantes, Rina Kawaei, de 19 años, y Anna Iriyama, de 18, así como un miembro masculino de la comitiva de la banda tuvieron que ser atendidos en el hospital debido a las heridas en las manos y la cabeza. Todo se quedó en un susto. Ciertamente el binomio psicópata-serrucho es una asociación de rancio abolengo en la literatura negra y criminal, pero por lo general la herramienta demuestra toda su eficacia post mórtem, cuando el cuerpo se encuentra ya en la sala de disección.

Las voces de Rina y Anna iban a participar en un acto para deleitar a los admiradores del grupo en Takizawa, pero la cosa se torció. El supuesto homicida, Satoru Umeta, de 24 años, fue apresado por los agentes y ha confesado que pretendía apiolar a cuanta más gente mejor. El hombre no ha aprendido que ni siquiera a los magos les sale bien eso de serrar por la mitad a su ayudante encerrado en una caja. Al final, no se sabe cómo, las dos mitades se juntan y el contorsionista aparece entero y de una pieza, como si el cuerpo estuviera hecho de la materia prima de los rabos de lagartija que seccionan los niños.

Satoru ha confesado a la Policía que su propósito era «matar donde hubiera mucha gente alrededor». No hacía distingos. De hecho, no tenía nada contra AKB48 ni sus componentes, simplemente estaban donde no debían. Esta versión la ha corroborado la familia del detenido, del que ha dicho que no tenía ningún póster de la formación musical, lo cual hasta ahora no es una eximente ni se traduce en reducciones de penas.

Los cantantes heridas se encuentran bien y han agradecido a los fans sus desvelos. «Les causamos preocupación, pero ahora regresaremos a Tokio», dijo Kawaei a sus admiradores. Aun así, todavía se pregunta cuál es su delito. Al margen de cómo transcurran las investigaciones, lo cierto es que vender discos se ha convertido en una actividad de alto riesgo.

Y todo esto, ¿a quién en su sano juicio se le ocurre formar un grupo llamado AKB48? No se trata de una provocación. La denominación viene Akihabara, un distrito de Tokio en el que el grupo cuenta con su propio teatro. A principio los integrantes eran 48 cantantes. Ahora consta de 140 personas, todo un desafío para cualquier asesino en serie.