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La caída de los socios bávaros de Merkel debilita a los conservadores
El partido de la canciller registra su peor resultado frente al auge de los socialdemócratas y los euroescépticos
BERLÍN. Actualizado: GuardarEl resultado de las elecciones al Parlamento Europeo, tanto en Alemania como en el propio continente, amenaza con convertirse en una prueba de estrés para la gran coalición de la canciller federal, Angela Merkel. Sus socios socialdemócratas (SPD) se han crecido al subir casi 7 puntos y obtener su mejor resultado en Europa; la entrada en la Cámara de Estrasburgo de los euroescépticos germanos de la Alternativa para Alemania (AfD), que fracasaron por los pelos en las legislativas de septiembre pasado; y el inesperado bajón de la Unión Socialcristiana (CSU), los eternos hermanos bávaros de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, han dejado tocados a los conservadores. Pese a todo siguen siendo con diferencia la fuerza más votada en Alemania.
El presidente de Baviera y líder de la CSU, Horst Seehofer, dijo que asume la responsabilidad por los pésimos resultados de su formación. Aunque un 40,5% de votos en la región más rica de Alemania puede parecer todo un éxito electoral, ha sido el peor resultado de la CSU en todos los comicios celebrados desde la guerra y en beneficio de los partidos pequeños como los euroescépticos, que se han llevado allí el 17% de los votos.
«Hemos logrado un resultado sólido», dijo en su primera reacción la canciller alemana, Angela Merkel, quien no quiso hurgar en la herida de sus hermanos bávaros. Para ella lo importante es que la Unión «sigue siendo la fuerza política más importante y a clara distancia de los socialdemócratas» en Alemania. La canciller expresó su preocupación por el alza de AfD y dijo que es necesario «ocuparnos intensamente de sus electores».
Merkel rechazó nuevamente de plano cualquier tipo de cooperación con el pequeño partido que agrupa a economistas y empresarios críticos con Bruselas. El mismo rechazo expresó hacia las fuerzas euroescépticas que se han convertido en primeras fuerzas de Francia o Gran Bretaña, cuyos éxitos calificó de «notables y lamentables».
Pero no tanto los resultados como las consecuencias de los mismos para la elección de la nueva cúpula europea son los que hacen rechinar la gran coalición. El triunfo conservador frente al socialdemócrata en la Cámara de Estrasburgo es puesto en duda por el SPD alemán, que insiste en la candidatura para la presidencia de la Comisión de la UE de su correligionario y todavía presidente del Parlamento Europeo Martin Schulz. Argumentan que el PPE no cuenta con la mayoría necesaria para imponer a su hombre, el luxemburgués Jean Claude Juncker. Prudente como siempre, Merkel no se moja y se limitó ayer a advertir que las negociaciones para decidir quienes ocuparán los más altos cargos de la Unión Europea van para largo.