Estado de alerta en las tropas españolas en Yibuti tras el atentado suicida
La misión Atalanta toma precauciones en los movimientos de los militares y los tres heridos españoles se mantienen estables
MADRID. Actualizado: GuardarEl atentado suicida del pasado sábado en un popular restaurante de la capital de Yibuti, en el que fallecieron un ciudadano turco y los dos suicidas y otras veinte personas resultaron heridas, tres de ellas militares españoles, ha puesto en alerta general a la operación Atalanta que lucha contra la piratería somalí, cuya base de operaciones está en este país del Cuerno de África.
Los mandos de la misión internacional, a la que España aporta medio centenar de efectivos terrestres solo en Yibuti, enmarcados dentro del destacamento aéreo Orión, han tomado precauciones tanto en los movimientos fuera de la base como en los hoteles donde pernoctan.
Hasta la fecha el país era una balsa de aceite a diferencia de la inestabilidad y el integrismo de la vecina Somalia o de Yemen, en la Península Árabiga. En sus ratos libres los militares podían pasear con total tranquilidad por el centro de la capital del mismo nombre, cenar en sus restaurantes coloniales o tomar un refrigerio en los locales nocturnos de música.
Pero el atentado suicida del pasado sábado a las ocho de la tarde en el café bar 'La Chaumiere', que en el momento de los disparos de granada y la posterior inmolación con explosivos de sus autores se encontraba repleto, hará extremar a partir de ahora la seguridad de los militares.
La razón de peso es que los dos supuestos suicidas «de nacionalidad somalí y pertenecientes al grupo terrorista Al Shabab, vinculado a Al Qaeda», según se apresuró a confirmar el Gobierno de Yibuti a las pocas horas del ataque, buscaban causar el mayor daño posible a intereses extranjeros en el país, enclave geoestratégico del Golfo de Adén.
Los terroristas conocían que el café, regentado por un empresario etíope amigo del presidente Ismail Omar Guelleh, era frecuentado por militares extranjeros, diplomáticos y civiles de las operaciones de la Unión Europea en suelo africano. De ahí que exista el temor fundado entre los mandos de la misión de que los atentados suicidas o de otra índole se pueda volver a repetir.
El ministro de Defensa, Pedro Morenés, y su homólogo yibutiano, Hassan Darar Houffaneh, de visita en Madrid, condenaron ayer el ataque durante su visita al Hospital Gómez Ulla, donde el sargento primero Manuel María Copano y los cabos primero Manuel López Veiga y José Miguel Mateos Hernández, todos del Ejército del Aire, se recuperan de las heridas y evolucionan favorablemente.