El cabeza de lista de Podemos, Pablo Iglesias, posa con el casco urbano de Madrid de fondo. :: MARTA JARA
PODEMOS

El espíritu reivindicativo del 15-M apuntilla al PSOE y frena el ascenso de IU

Sus propuestas para limitar los salarios máximos o congelar los desahucios le han aupado a erigirse en la cuarta fuerza política

MADRID. Actualizado: Guardar
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La encuesta más optimista les otorgaba la posibilidad de entrar en la cámara de Estrasburgo con dos representantes. Pero bajo la bandera de mantener el espíritu del 15-M y la promesa de combatir las políticas de ajuste impuestas por el PP y el PSOE, Podemos ha llegado mucho más lejos. Nunca en la historia de la democracia un partido con apenas cuatro meses de vida había protagonizado un estreno semejante en las urnas. El millón y cuarto de sufragios obtenido en las urnas convierte a Podemos en la cuarta fuerza política y supone todo un terremoto en la izquierda, a la que ahora se suma un tercer actor al tradicional binomio PSOE-IU. La extrapolación de los resultados de las europeas a unas generales otorgaría a la formación cerca de 20 escaños, una cifra que en la presente etapa democrática solo han alcanzado UCD, PSOE, PP, PCE e IU.

Su campaña electoral ha contado con un exiguo presupuesto de 130.000 euros, muy lejos de los millones invertidos por el PP y el PSOE. A pesar de ello, y a tenor de los resultados, Podemos ha logrado conectar con el electorado. Lo ha hecho dejando a un lado los métodos tradicionales basados en los mítines y la presencia en la calle para centrarse en las redes sociales y la televisión.

La cara reconocible de la formación es Pablo Iglesias, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense y asiduo tertuliano de mesas de debate en la pequeña pantalla. Empezó con una colaboración en Tele K, canal local de la localidad madrileña de Vallecas. Después dio el salto a Cuatro y La Sexta pero tampoco ha tenido reparos en acudir a tertulias en medios conservadores como Intereconomía. Su máxima ha sido la de cuanta más visibilidad, mejor. En lo que respecta a su presencia en las redes sociales solo en Facebook cuenta con más de 220.000 seguidores a los que se suman 80.000 más en Twitter.

Sin duda la proyección mediática de Iglesias ha sido uno de los factores clave en los excelentes resultados cosechados. Se hizo con el número uno de la candidatura europea en unas primarias abiertas que solicitó sin éxito a Izquierda Unida, lo que llevó a Podemos a presentarse a las elecciones en solitario pese a los lazos ideológicos que le unen al partido dirigido por Cayo Lara. Acompañarán a Iglesias a Estrasburgo una maestra de la marea verde, un exfiscal Anticorrupción, una desempleada y un investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas. Todos ellos perfiles que representan la esencia de los colectivos que más han protestado en la calle contra las políticas de recortes dictadas por Bruselas y contra el sistema bipartidista. Además de Iglesias, en la sala de máquinas del partido hay otro profesor de la Complutense. Su nombre es Juan Carlos Monedero. Ha mantenido un perfil discreto en la campaña aunque muchos identifican en su figura al verdadero estratega del partido. En la foto de la noche electoral, era él que figuraba a la derecha del jefe de filas. Entre otras opiniones, Monedero se ha destacado en la defensa del modelo chavista de Venezuela, con el que ha colaborado como asesor.

Un programa participativo

El programa de Podemos fue elaborado mediante un proceso abierto en el que participaron miles de personas. El resultado fue un compendio de medidas entre las que figuran el derecho a una renta básica para todos los ciudadanos, la democratización del Banco Central Europeo, el control de los lobbies, el reconocimiento del derecho a decidir, o la rebaja de la edad de jubilación a los 60 años.

Iglesias lo remarcó tras conocerse los resultados de la formación e insistió en ello este lunes. Podemos ha conseguido su primer objetivo con la entrada de cinco representantes en la Eurocámara, que se integrarán en el grupo de la Izquierda Unitaria y donde compartirán espacio con IU. Según repitió el cabeza de cartel a lo largo de la campaña, llevarán a Estrasburgo la demanda de que los estados no se conviertan en una colonia ni de Alemania ni de la troika. Pero lo conseguido hasta ahora no es suficiente. El fin último de la formación, reitera Iglesias, es el de cambiar el Ejecutivo. «Mañana seguirá gobernado el PP», mantuvo Iglesias en la noche electoral con un tono que fue todo lo contrario al triunfalismo que podía esperarse tras un resultado histórico.