En qué divisas conviene invertir
El dólar debería apreciarse, pero tarda en hacerlo. Mientras tanto, la libra puede ser una buena opción
MADRID. Actualizado: GuardarLa inversión en divisas es una de las que más triunfa. Pero analizar la evolución de las distintas monedas no es sólo importante para apostar directamente en unas u otras. Es fundamental para tomar decisiones de inversión en activos que no coticen en euros. Porque su revalorización puede verse mermada e, incluso, desaparecer si la moneda cae.
Este año hemos hablado mucho de divisas, sobre todo de las de emergentes, por su hundimiento. Ahora, la atención está centrada en el euro, por la posibilidad de que en poco más de una semana, el Banco Central Europeo tome medidas que lo lleven todavía más abajo. El mero anuncio del presidente del Eurobanco, Mario Draghi, en esa dirección ha llevado al euro a caer desde 1,40 a 1,36 dólares. ¿Podría bajar más allá de esta cota? Daniel Pingarrón, de IG, responde que a estos niveles, la cotización del euro ya recoge la posibilidad de que el BCE baje los tipos de interés y ponga en negativo la tasa de depósito. Con sólo esas medidas, no estaría justificada una mayor depreciación de la moneda única. Pero dice Borja Gómez, de Inverseguros, que puede que, de hacer sólo eso, el BCE decepcione y es posible que hasta el euro repuntara, algo que se podría remediar si, además, anunciara un programa de compra de ABS, es decir, de instrumentos financieros que tienen créditos como subyacente. Lo que sí es complicado es que el BCE anuncie un programa de compra de bonos como los de la Fed, el Banco de Inglaterra o el Banco de Japón. En ese escenario, sí lo podríamos ver en 1,30 unidades. O incluso por debajo.
Dudas con el euro
En general, aunque con cautela, los analistas creen que el euro debe debilitarse respecto al dólar. Aunque hay excepciones. Manuel Domínguez-Blanco, de Interdin, comenta que, pese al último recorte sufrido por la moneda única, la tendencia de fondo es alcista para ella. Y señala alguna razón, como el hecho de que los resultados de las empresas del Viejo Continente tengan mayor margen de mejora que las estadounidenses, la buena marcha de las deudas de la periferia, así como una balanza por cuenta corriente europea con superávit, al contrario que la americana.
Respecto a la fortaleza de la libra no hay discrepancias. Los buenos datos macroeconómicos (crece a un ritmo trimestral del 0,8%) van a llevarla, como dice Domínguez-Blanco, a superar el nivel de 1,75 contra el dólar. Además, según añade Pingarrón, como consecuencia de esa bonanza económica, se especula con la posibilidad de que el Banco de Inglaterra sea el primero en subir los tipos de interés de entre los países desarrollados. De acuerdo con Rodrigo García, de XTB, la libra no sólo va a reforzarse frente al billete verde. También lo hará frente el euro. Y, posiblemente, más, dado que la moneda comunitaria, si Draghi hace lo suficiente, debe debilitarse respecto al billete verde. Parece, pues, que la libra sí va a seguir la pauta que se espera de ella, no como el dólar, que tarda mucho en fortalecerse, pese a la política de la Fed.
El yen es el que nos está descuadrando un poco. Porque se está apreciando contra el euro y el dólar. Muy posiblemente porque los inversores auguraban que el Banco de Japón aumentara la dimensión de su política expansiva y, así, reducir el impacto económico de la subida del IVA. Pero Pingarrón espera que lo haga en otoño, con lo que volvería a debilitarse la moneda. La autoridad monetaria de Japón podría usar como excusa que la inflación comience a flaquear, dado que ahora está hinchada, precisamente, por la subida de impuestos. Pero, por el momento, como comenta Rodrigo García, todo lo que sea apostar a favor del yen es acertar.
Menos seguridad, más riesgo
Siempre se ha considerado que la nipona es una divisa defensiva. Lo mismo pasa con el franco suizo. Por eso, Pingarrón cree que este último continuará cayendo: no hay mucho apetito por los activos conservadores.
Si volvemos a las divisas fuertes, Domínguez-Blanco apuesta por el dólar australiano. Rodrigo García, también, y, además, por el dólar neozelandés. Comenta que a su favor juegan los bajos tipos de interés del mundo desarrollado en su conjunto, lo que provoca que el dinero salga de ellos y entre en países con tipos de interés más altos. El conocido «carry trade». Aunque hay que tener cuidado, porque son economías muy ligadas a China. García también cree interesantes las monedas nórdicas.
¿Y qué pasa con las emergentes?, ¿puede ser conveniente volver a ellas tras la caída? A este respecto, Pingarrón considera que un inversor arriesgado puede apostar, por ejemplo, por la lira turca, que ha registrado una fuerte recuperación desde los mínimos de marzo. Pero Rodrigo García dice que a América Latina aún es pronto para volver. El peso mexicano y el peso chileno, en particular, están claramente bajistas contra el dólar. Respecto al peso chileno, además, añade que, con el cobre tan débil, es muy difícil que la moneda remonte.