![](/cadiz/prensa/noticias/201405/25/fotos/8900461.jpg)
La chispa china del vehículo eléctrico
Los fabricantes chinos buscan popularizar el transporte público para demostrar al consumidor que es una alternativa
PEKÍN. Actualizado: GuardarHace ya un lustro que se vaticinó el boom de los vehículos eléctricos. No obstante, su presencia es todavía anecdótica. La falta de infraestructuras de carga y la limitada autonomía de las baterías ha lastrado su expansión en todo el mundo. No obstante, este año los fabricantes están convencidos de que se va a vivir un cambio importante, y de que la chispa que provocará la esperada explosión comercial llegará desde China. Porque si hay un país en el que la población esté ya acostumbrada a moverse en vehículos eléctricos, ese es el que fundó Mao Tsetung.
Allí, el desarrollo económico de las últimas tres décadas ha convertido al gigante asiático en el mayor mercado de automóviles de combustión del planeta -el año pasado se vendieron más de 21 millones, una cifra récord-, un hecho que acarrea dos molestos efectos secundarios: atascos interminables y una contaminación atmosférica peligrosa. Pero China también es el territorio más importante para el sector de las bicicletas eléctricas. Diferentes fuentes estiman que ya hay unos 150 millones. Y eso, precisamente, puede tener gran importancia a la hora de facilitar el despegue de otros vehículos propulsados por energías limpias.
«La ventaja de China es que la población ya está acostumbrada al ritual diario de cargar la bicicleta durante la noche. Parece una nimiedad, pero no lo es. Porque toda nueva tecnología requiere cambiar ciertos hábitos», apunta Rouven Remp, director de Marketing de Denza, la marca de coches eléctricos de gama media que han lanzado conjuntamente Mercedes-Benz y la china BYD. Precisamente, esta última es la que lidera el sector de los vehículos eléctricos gracias a que nació como una empresa de baterías que luego se ha transformado en uno de los principales fabricantes de automóviles del Gran Dragón.
«Estamos convencidos de que la introducción de subsidios para la compra de coches eléctricos en China va a suponer un punto de inflexión. Somos conscientes de que las ayudas no se mantendrán para siempre, pero esperamos que sirvan para aumentar la demanda de forma que la producción pueda alcanzar un volumen suficientemente importante. Eso permitirá bajar los precios y hacer los vehículos eléctricos atractivos para el usuario, porque su uso es más económico y, sobre todo, más limpio», explica Isbrand Ho, director de BYD para Europa. «En el futuro, todos los vehículos serán de emisiones cero, pero hasta entonces son los híbridos 'plug-in' -enchufables- los que tienen más posibilidades de éxito».
En Europa, sin embargo, la estrategia para conquistar el mercado es muy diferente. Aunque la marca todavía es poco conocida, los vehículos de BYD ya tienen una amplia presencia en las ciudades europeas. De hecho, se acaban de estrenar en Barcelona y Bruselas. Pero no como transporte privado, sino público. Son los primeros taxis eléctricos de ambas ciudades, que se suman a los casi 150 que BYD ya tiene en Londres. «Hemos determinado que el mejor modelo actual para nuestra empresa es la cooperación con empresas públicas de transporte. Y la razón es sencilla: son mucho más conscientes del ahorro que suponen los vehículos eléctricos y están más concienciadas en la necesidad de proteger el medio ambiente. Para nosotros, que los usuarios vean que funcionan bien y que son cómodos es una gran tarjeta de presentación», apunta Ho.
BYD apuesta con fuerza por el Viejo Continente a pesar de la crisis. O quizá sea gracias a ella. «Creo que la coyuntura económica ha hecho que los políticos estén ahora más receptivos a cualquier proyecto que suponga un ahorro, y la imagen de los productos chinos ha mejorado», sentencia Ho. Tanto que la empresa china ha establecido una subsidiaria de logística -DSV- entre Holanda y Alemania, abrirá otra en el sur de Europa y establecerá dos centros de entrenamiento para el personal del servicio técnico en El Cairo y en Escandinavia. «Queremos convertirnos en una empresa europea, porque estamos convencidos de que, para tener éxito, necesitamos establecernos allí, y lanzar un producto innovador, disruptivo».
¿En Cataluña?
Por eso, Ho avanza que no tardarán en llegar una implantación productiva, seguramente en el sur de Francia, y un centro de diseño, posiblemente en Cataluña. «Estamos discutiendo los detalles con las autoridades y creemos que podemos servir de salvavidas para algunas fábricas que necesitan trabajo y que están al borde del cierre». Si se confirma este extremo, BYD sería la segunda empresa de automoción china que se implanta en Europa después de que Great Wall inaugurase una planta en Bulgaria.
«Occidente siempre ha temido la deslocalización a China, pero ahora se da el proceso inverso porque para internacionalizarnos tenemos que convertirnos en parte de la comunidad de los mercados a los que vamos. Por eso, es también muy posible que salgamos a Bolsa en Europa», señala Ho. «Y el beneficio de esta estrategia es doble, ya que todo lo que aprendamos en el extranjero será 'know how' que servirá para mejorar la gestión y la producción de la empresa matriz en China». Es, sin duda, una de las consecuencias del nuevo orden mundial.
millones de bicis eléctricas circulan por China; puede ayudar al despegue de otros vehículos