A más aprecio, menos riesgo
La crisis ha llevado a las grandes firmas del Ibex a adelgazar su pasivo total: 20.600 millones menos en el primer trimestre, casi la mitad de Telefónica Las empresas reducen sus emisiones de deuda un 39% en 2014 pese a pagar menos intereses
MADRID. Actualizado: GuardarAlgunos dirían que las empresas parecen ir contracorriente, pero la crisis ha dejado huella... y perdurará. El mensaje de que había que reducir la pesada losa de la deuda en España -más de 3,3 billones al cierre de 2013 tras una incesante subida durante el último decenio, hasta llegar a suponer...¡el 328,6% del Producto Interior Bruto (PIB)!- ha calado entre aquellas, aunque no así en el sector público, responsable de más de un tercio de ese lastre.
Las cifras resultan elocuentes: mientras la deuda de las principales administraciones (Estado, autonomías y ayuntamientos) repuntaba un 7% en el primer trimestre hasta los 990.500 millones -casi el 97% del PIB-, el pasivo empresarial seguía recortándose y quedaba en 1,05 billones, 270.000 millones menos.
En el saldo vivo de sus emisiones de deuda (lo que queda por amortizar), las compañías aún tienen que hacer frente a 661.430 millones de euros, según el último cierre del mercado. Lo positivo es que este montante es un 18,5% inferior al que se registraba hace un año, es decir, casi 151.000 millones menos, y la previsión de los analistas es que continúe a la baja lo que resta de año.
Si nos remontamos a 2012, el ajuste es de casi 220.000 millones, una cuantía similar al crecimiento de los números rojos del sector público en ese tiempo. A su vez, y desde entonces, los hogares han soltado lastre por valor de 64.000 millones de euros, un 7,6% menos.
Aunque las más cumplidoras al apretarse el cinturón han sido las grandes empresas no financieras, es decir, las componentes del índice selectivo Ibex-35 -salvo los bancos-. De marzo de 2013 a marzo de 2014, han adelgazado su deuda en 20.585 millones -sin contar el emporio de Inditex, que se mueve con un ejercicio fiscal distinto y cerró el último con un superávit de 4.000 millones-, un 10,9% menos, hasta quedar en 168.993 millones. Casi la mitad del ajuste fue obra de Telefónica -todavía la más endeudada entre esa élite, con 42.724 millones-, con 9.085 millones menos (-17,5%), seguida de Iberdrola (3.990 millones, -13,4%).
No obstante, las dos compañías que más sanearon sus balances fueron Sacyr y Repsol. La constructora redujo su pasivo un 32% (2.759 millones menos), mientras que la energética lo hizo otro 31,5% (2.173 millones). Por el contrario, una decena de empresas incrementaron esa carga, en especial la farmacéutica Grifols (669 millones más, un 26,2%) y Dia (otros 168 millones, 22,8%).
La venta de activos, la suspensión del dividendo, la generación de caja y la emisión de obligaciones perpetuas han sido las recetas utilizadas por las empresas para tratar de poner 'a dieta' sus cuentas. De momento, el esfuerzo les ha permitido mantener una distancia de seguridad todavía apreciable: las 26 compañías no financieras del Ibex tienen una capitalización bursátil superior a los 330.000 millones de euros, lo que supone casi el doble de su pasivo.
Si echamos la vista atrás, entre 2010 y 2013, las empresas no financieras del Ibex redujeron su endeudamiento en 41.038 millones, un 19,7% menos. Eso sí, casi la mitad de ese tijeretazo (19.962 millones, 10,6% en tasa interanual) se logró precisamente el último año.
Claro que también se han movido a favor del viento. La prima de riesgo -el diferencial con el bono alemán a 10 años- prácticamente no ha dejado de bajar desde finales de julio de 2012, cuando superó los 600 puntos. El viernes, con el último cierre bursátil, estaba en 156, 200 menos de los que registraba a principios de 2013. Y Jesús Palau, profesor de Control y Dirección Financiera de Esade, estima que en dos años «estará entre los 50 y 60 puntos... si no surgen imprevistos» en forma, por ejemplo, de nuevas crisis del euro.
Menos rentabilidad
Ese alivio en la presión de los mercados se ha trasladado al tipo de interés medio de la deuda en circulación. Y ha pasado tanto en el ámbito público, donde ha bajado del 4,07% con que cerró 2011 al 3,65% actual, como en el privado, que ha pasado del 3,75 al 3,40% en el mismo período, siendo el transporte (2,3%) y las telecomunicaciones (2,7%) los sectores a los que se les exige menor rentabilidad para financiarles.
Y en esos intereses aún existe recorrido a la baja, aunque no demasiado. En eso coinciden tanto el propio Palau, que a medio plazo ve un horizonte de estabilidad -e incluso reducción, apunta- en los tipos de la zona euro, como Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank. A su juicio, «estamos en un momento casi envidiable para emitir deuda corporativa», que incluso se aproxima a los niveles previos a la crisis.
Eso explica que en lo que va de año haya habido más de 150 emisiones de bonos y obligaciones desde las empresas por valor de casi 19.000 millones, un 7,5% más que en los primeros cinco meses de 2013. Para Eduardo Currás, director de Banca de Empresas del Banco Sabadell, ha sido «como pasar del cero al infinito en relación a ejercicios tan complicados como 2012 o 2011», en los que aumentaron de forma significativa las emisiones totales de deuda (un 24,6% y un 30,6%, respectivamente). «Lo ideal», aconseja, sería combinar distintas vías de financiación, incluido el crédito tradicional bancario «que empieza a recuperarse», aunque los datos del Banco de España reflejan aún un descenso del 5% al cierre del primer trimestre.
Las compañías -también las financieras- parecen haberle hecho caso. De enero a mayo, según las cifras provisionales de Bolsas y Mercados (BME), habían emitido deuda nueva (incluidas titulizaciones, cédulas hipotecarias, pagarés y participaciones preferentes) por valor de 41.161 millones, un 38,7% menos que en el mismo período de 2013. Si tomamos el conjunto del pasado ejercicio, con 130.492 millones, la diferencia respecto a 2012 es de un 64,1% menos.
Son volúmenes claramente inferiores a los niveles precrisis. Casi cinco veces menos que los 641.061 millones que se emitieron en 2007. Y es que pese a que los inversores internacionales ven con mejores ojos a las empresas -para los grandes del Ibex (Santander, BBVA, Telefónica e Iberdrola), los seguros contra impagos de la deuda (CDS) cotizan en niveles similares a los de sus competidores por vez primera desde 2009-, se impone la precaución. A las pymes, sin embargo, aún no parece haberles llegado la hora de gozar de más confianza y el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) todavía es modesto.