IU y UPyD confían en consolidarse como fuerzas decisivas tras las europeas
Ambos partidos se han centrado en denunciar que los dos grandes son iguales y responsables de la corrupción en la vida pública
Actualizado: GuardarLos cuarteles generales de Izquierda Unida y Unión, Progreso y Democracia cuentan las horas para que el domingo por la noche se abran las urnas y se recuenten las papeletas de las elecciones europeas, las primeras de ámbito nacional desde noviembre de 2011.
Están convencidos de que el escrutinio, además de determinar el reparto de escaños en el nuevo Parlamento de Estrasburgo, que es su objetivo oficial y declarado, constatará la tendencia de las encuestas de intención de voto realizadas en los dos últimos años al pinchazo electoral de los dos grandes partidos y la consolidación de ambas siglas emergentes como formaciones con implantación relevante en todo el país. Su nuevo papel de fuerzas con capacidad de influencia real en la vida política e, incluso, en la conformación de gobiernos.
Tanto IU como UPyD marcaron hace meses en rojo el 25 de mayo como el día que creen que anticipará su salto cualitativo en el mapa de partidos. La fecha que les otorgará la visibilidad pública necesaria para afrontar con ambición los comicios municipales y autonómicos de dentro de un año, antesala de las generales, en los que esperan ya transformar en representación institucional y poder político tangibles los resultados del test nacional que esperan pasar en las europeas.
Con este convencimiento, se han lanzado a una campaña con el diseño y despliegue de unos comicios nacionales, en la que los dos máximos responsables de las formaciones, Cayo Lara en IU y Rosa Díez en UPyD, han tenido al menos tanto protagonismo como sus respectivos cabezas de cartel europeo, Willy Meyer, por la coalición de izquierdas, y Francisco Sosa Wagner, por el partido magenta.
Centenares de actos, mítines, ruedas de prensa y entrevistas, casi un millar en dos semanas en el caso de IU, en los que las caravanas oficiales han contado con la movilización adicional de sus estructuras locales. La Izquierda Plural contó con la implicación en varios eventos de otros dirigentes con tirón público nacional como Gaspar Llamazares o Alberto Garzón; UPyD, a su vez, obtuvo apoyos mediáticos como el del premio Nobel Mario Vargas Llosa. Pese a las grandes diferencias de sus planteamientos políticos la estrategia es compartida y no es otra que romper para siempre los anclajes sociales del bipartidismo.
La campaña de IU tiene como argumento central que votar a PP o PSOE es exactamente lo mismo porque ambos son los padres de la política europea del «austericidio» y del desguace del estado de bienestar y los que, a medio plazo, trasladarán esta gran coalición de la UE al Gobierno de España, alentados por los poderes empresariales y financieros, que son los que, asegura la coalición, dictan sus políticas. Su mensaje es que la Izquierda Plural es la única fuerza capaz de liderar una alternativa de izquierda, tanto en España como en Europa, y que, como ya se ha ocurrido en Grecia, son el verdadero voto útil de los ciudadanos progresistas.
Sondeos esperanzadores
La responsabilidad de los dos grandes partidos en la sucesión de escándalos de corrupción que salpican la vida pública es quizá el mensaje más repetido por los candidatos de UPyD, que espolean a los indecisos a acudir el domingo a votar para que PP y PSOE no concluyan que la política de chanchullos que les atribuyen, y que es la principal causa del hastío nacional, les va a salir gratis. Su oferta es la regeneración política y la defensa de la unidad de España y una apuesta por una UE integrada y federal, con instituciones elegidas por los ciudadanos.
Ninguna de las dos formaciones quiere desvelar todas sus cartas y no admite tener expectativas concretas para el recuento del domingo. Sin embargo, ambas aspiran a duplicar, e incluso triplicar, los apoyos y escaños de las europeas de 2009 y a mejorar notablemente los resultados de las generales de 2011. Estos deseos no están demasiado alejados de la intención de voto que les asignan las encuestas.
La media de los sondeos atribuye a IU un resultado de entre el 9% y el 12% de los sufragios, lo que les coloca en una horquilla de entre cinco y siete eurodiputados frente a los tres que obtuvieron en 2009. En el caso de UPyD, las mismas encuestas les asignan entre el 5% y el 7% de los sufragios, con entre dos y cuatro escaños en Estrasburgo. Hace cinco años consiguió uno.
Los dos aspiran a un buen resultado en todos los territorios, pero la coalición de izquierda espera destacar en Madrid, Andalucía, Asturias y en puntos con socios fuertes como Cataluña y Galicia. El partido liderado por Rosa Díez también tiene fuertes esperanzas en Madrid, Comunidad Valenciana, Murcia y Castilla y León, entre otros.
La dimensión de su despegue en estos comicios, no obstante, está amenazada por el resultado final de otras siglas a la izquierda, como Podemos o Equo, y de otras candidaturas enfrentadas a los soberanistas catalanes, como Ciudadanos.