El BCE prepara el terreno para bajar en junio los tipos de interés al borde del 0%
Mario Draghi pretende dar un golpe de efecto aprobando también el día 5 de ese mes inyecciones de liquidez destinadas a ayudar a las pymes
BRUSELAS. Actualizado: GuardarQuedan exactamente quince días para que el Banco Central Europeo (BCE) active su potente y apenas utilizada maquinaria para reactivar la zona euro. Será el 5 de junio, en Fráncfort, cuando el Consejo de Gobierno del instituto emisor decida por fin dar el decisivo paso que la clase política, empresarial, económica e incluso académica le viene reclamando de forma clamorosa desde hace meses. La fecha está marcada en rojo por los mercados. Ahora sí que sí. Ya nadie espera un nuevo 'dribling' de Mario Draghi fundamentado en la fuerza de su palabra. De haberlo, de hecho, el varapalo sería de aúpa ante tanta expectación generada. «Esta vez es la buena», coinciden los analistas. Esta vez, el BCE volverá a hacer historia y como ya hizo en noviembre -bajó los tipos de interés al 0,25%- volverá a recortarlos entre el 0,10 y el 0,20% rozando el tipo cero.
Todas las declaraciones apuntan en esta dirección. La última, la firmó esta misma semana el consejero luxemburgués de la cúpula del BCE, Yves Mersch. «Ha aumentado de forma notable la probabilidad de que el Consejo de Gobierno actúe ya en la próxima reunión de política monetaria de junio», deslizó. Un mensaje de hondo significado ya que se produjo en Alemania, en Baviera, y desde la misma mesa en la que estaba sentado el presidente del Banco Central Alemán (Bundesbank), el halcón Jeins Weidmann.
Mersch, el consejero que ocupó la plaza que teóricamente le correspondía a España y que el país perdió 'castigado' por el rescate, se posicionó así a favor de una rápida actuación que corten de raíz cualquier amenaza de la temida deflación y de paso, logre depreciar el euro frente al dólar para intentar fortalecer la débil recuperación de la zona euro. «Tenemos herramientas para relajar aún más nuestra política monetaria. El Consejo de Gobierno está de acuerdo en aplicar tanto medidas extraordinarias como instrumentos convencionales para limitar de forma efectiva los riesgos de una inflación muy baja durante un periodo demasiado largo», recalcó en sintonía con lo ya manifestado por el propio Draghi, que no ocultó su preocupación. No se espera que la inflación se aproxime al 2% -objetivo fundacional del BCE- hasta finales de 2016 o principios de 2017.
La compra de deuda, aún no
La fecha ya se conoce (5 de junio), la «munición» que el banquero italiano pondrá sobre la mesa, todavía no. Sin embargo, fuentes de toda solvencia del BCE han ido deslizando estos últimos días cuál será la hoja de ruta que marcará el paso a la zona euro en los próximos meses. El terreno ya ha comenzado a abonarse. Salvo sorpresa mayúscula, la principal bala que 'Súper Mario' gastará será una nueva bajada de tipos de interés «de entre el 0,10 y el 0,20%», lo que dejará el precio del dinero muy cerca del 0% después del histórico recorte de un cuarto de punto aprobado en noviembre del pasado año y que dejó los tipos al 0,25% actual.
Habrá más. Se da por hecho que el BCE, por primera vez, implanta tasas negativas a la facilidad de depósito para que las entidades financieras dejen de refugiarse en Fráncfort y destinen su dinero a la economía real. A unas pymes y a unas familias que siguen teniendo demasiadas dificultades para acceder al crédito como consecuencia de la fragmentación que sufre la zona euro. Para evitarlo -he aquí la tercera bala-, el BCE analiza la implantación una nueva barra libre de liquidez (LTRO, por sus siglas en inglés) como las aprobadas a finales de 2011 y principios de 2012.
De hacerlo ahora, eso sí, estaría destinada a que el dinero que se coja prestado en Fráncfort vaya, especialmente, a las pymes. Para ello, se establecerían una seria de cláusulas que lo permitirían. Algo que no se consiguió hace dos años, cuando los grandes bancos se dedicaron a emborracharse del exceso de liquidez para después comprar deuda soberana en plena batalla por la prima de riesgo. En otras palabras, tomar casi regalado el dinero y luego venderlo al 5% y el 6% a países como España. Un fenómeno denominado 'carry trade'.
Por otra parte, todos los analistas coinciden en asegurar que los programas de compra de deuda a través de una 'Quantitative Easing' -programas similares a los implantados por la Reserva Federal estadounidense- seguirán sin ser utilizados a la espera de la evolución de la inflación y sobre todo, ver cómo le sientan a la Eurozona sus nuevas estímulos.