SAN FERNANDO

Vera Cruz y el Obispado afrontan los juicios por el impago a la Escuela Taller

Monitores y alumnos, que trabajaron en la reforma del Cristo Viejo, amplían sus denuncias ante la falta de respuesta económica de la hermandad

SAN FERNANDO. Actualizado: Guardar
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La pesadilla en la que se ha convertido la Escuela Taller para la reforma de la capilla del Cristo Viejo continúa para Vera Cruz. La hermandad afronta mañana un nuevo proceso judicial por el impago de nóminas a monitores y alumnos. En este caso se trata de una demanda colectiva de los trabajadores con una novedad, que también incluye al Obispado. La intención es que esta institución, que recoge a las cofradías, se haga cargo de las responsabilidades pendientes por pagar, ante la incapacidad económica que atraviesa la hermandad.

Embargo de su almacén, un año sin procesionar, otro haciéndolo a coste cero rechazando la posibilidad de contar con banda y exornos florales, son ejemplos de las dificultades que atraviesa un colectivo que se encuentra en la cuerda floja como consecuencia de las deudas que acumula.

Y todo ello cuando suma más de 30 denuncias por este caso, que poco a poco irán llegando a los tribunales para resolverse. Un panorama poco halagüeño del que intenta salir la entidad sin hasta el momento encontrar solución alguna a pesar de haber pedido la colaboración y comprensión de las diferentes administraciones, que hasta ahora sólo han tenido buenas palabras e intenciones pero no han dado soluciones.

La Escuela Taller se desarrolló a través de planes concertados con la Junta de Andalucía. La iniciativa fue aprobada en el año 2009 y en mayo de 2010 se le abonó a la cofradía la cantidad de 504.471, 60 euros, el 75% del importe total de la subvención destinada a la rehabilitación de la capilla de la Vera Cruz y que ascendía a 672,988,80 euros. Tal y como establece la Orden de 5 de diciembre de 2006, por la que se regulan los programas de escuelas-taller, Casas de Oficio, Talleres de Empleo y Unidades de Promoción y Desarrollo en la Junta de Andalucía, el 25% restante se abona cuando la entidad, en este caso la hermandad, justifica la mitad del proyecto. El problema surge cuando no se justifica adecuadamente la utilización de dicha subvención.

Vera Cruz siempre ha mantenido que esas cuestiones no se negociaron de tal manera y que solo sabían que se aportaría el dinero para que se pudiera desarrollar el proyecto. Sin embargo, desde la Administración regional ya se dejó claro que se trata de inconvenientes derivados de la gestión de la propia cofradía, que no ha justificado bien las obras y pagos de facturas y nóminas, y de los procesos y los plazos administrativos. Problemas que se estaban intentando solventar precisamente con el Obispado de la Diócesis de Cádiz y Ceuta para que la cofradía pueda cobrar el 25 % que resta del montante total de la subvención concedida, es decir 168.000 euros. Todo ello cuando ahora el Obispado también se tendrá que enfrentar a las reclamaciones de alumnos y monitores, que han decidido ampliar sus demandas e incluir a la institución en el proceso de reclamación para tener una mayor garantía del cobro de las deudas.

La hermandad ya se vio abrumada por la cantidad de denuncias que recibió e intentó calmar los ánimos en un acto de conciliación. Allí se expuso que el problema se resolvería en cuanto se obtuviera el dinero que debe proceder de la Junta. A pesar de ello tanto alumnos como monitores decidieron continuar adelante con sus procesos ante las dudas que se cernían en cuanto al futuro de Vera Cruz.

Y es que no sólo debe justificar facturas para que se les entregue el 25% de la subvención que aún falta por abonar, sino que también deben aportar documentación para que no se les reclame la devolución de 150.367 euros ya cobrados.

Desde la hermandad se han buscado diferentes soluciones y vías de negociación para evitar llegar a los problemas a los que debe hacer frente, pero nada de lo que ha emprendido ha podido parar los juicios que se les viene encima. Hay que destacar que Vera Cruz nunca se ha negado a pagar lo que adeuda, pidiendo moratorias y aplazamientos para buscar liquidez con la que poder afrontar los impagos.