Putin busca en Pekín consuelo a su aislamiento
MOSCÚ. Actualizado: GuardarAnte el serio deterioro que sufren las relaciones de Moscú con Occidente, a causa de las sanciones impuestas por la anexión de Crimea y la ayuda a los separatistas armados del este de Ucrania, el presidente Vladímir Putin ha querido mostrar que tiene otros amigos en el mundo y muy poderosos. Hoy llega a China para devolver la visita que su homólogo Xi Jinping efectuó a Moscú en marzo del año pasado, nada más ponerse al frente del país. El plato fuerte de este viaje, en el que Putin llega acompañado de una amplia delegación de ministros y empresarios, es la firma de un contrato para el suministro de gas de importancia histórica, ya que las discrepancias sobre los precios han dilatado las negociaciones durante casi una década.
Hasta ahora, Moscú tenía cierta seguridad en que realizaría sus exportaciones de gas en la Unión Europea fundamentalmente. Sin embargo, los sucesos en Ucrania y el convencimiento de Bruselas de que hay que buscar otras fuentes de energía para no depender tanto de Rusia han obligado al Kremlin ha reorientarse hacia China, país con el que ya mantiene desde hace tiempo una estrecha colaboración energética. El año pasado se suscribió un megacontrato para la venta de petróleo.
Rusia pretende recuperar el terreno perdido frente a países como Kazajstán, Turkmenistán y Uzbekistán, que son ya desde hace tiempo suministradores de hidrocarburos a la insaciable industria china. El acuerdo que rubricarán China y Rusia durante la visita de Putin tendrá una duración de 30 años y prevé un volumen de abastecimiento de gas anual de 38.000 millones de metros cúbicos. Se firmarán además otros muchos convenios y protocolos en distintos terrenos, entre ellos el aeroespacial y el de armamentos.
En una entrevista a varios medios de comunicación chinos en la víspera del viaje, Putin manifestó que las relaciones de Moscú y Pekín «deben servir de modelo para las grandes potencias» porque cada uno «respeta los intereses del otro».