Despertando vocaciones
Alumnos de primero y sexto de Primaria de San Felipe Neri aprenden técnicas de reanimación y cómo funciona por dentro una ambulancia Alrededor de 200 de niños visitan la Feria de los Cuidados del sindicato Satse
CÁDIZ. Actualizado: GuardarLa sirena de la ambulancia del 061 fue ayer la auténtica estrella de la Feria de los Cuidados que, por primera vez, organiza el sindicato de enfermería Satse en la plaza Asdrúbal. Varias carpas, una exposición itinerante, cuentacuentos y los talleres de reanimación cardiorrespiratoria, de tensión y de primeros auxilios completaban un circuito destinado a dar a conocer las labores de estos profesionales sanitarios.
La iniciativa, que se ha celebrado en varias ciudades españolas, causó un gran revuelo entre los alumnos de primero y sexto de Primaria del colegio San Felipe Neri -alrededor de 200-, que participaron durante la mañana en las actividades organizadas. «Creo que de aquí van a surgir muchas vocaciones», se mostraba convencido Orestes Rodríguez, médico del equipo del 061 que, de forma voluntaria, mostró a los pequeños la labor que realizan a diario y los secretos que esconde la ambulancia. «La sirena ha sido la verdadera estrella -reconocía-, pero este tipo de iniciativas sirve también para mostrar a los niños nuestra labor y les da nociones para que sepan cómo reaccionar ante una emergencia». El facultativo aseguró que varios de los niños ya apuntaba maneras para la sanidad, «esto quizá les ayude a tenerlo más claro», dijo.
Los más pequeños saltaban de un taller a otro, mientras que los mayores no dejaban de preguntar. «Se han interesado por todo, desde qué hacer si vemos a una persona en el suelo que necesita ayuda a cómo atenderla o cuándo hay que poner una mascarilla». «En ellos despierta muchísima curiosidad la labor de los profesionales sanitarios», aseguraba Manuel Robledo, tutor de una de las clases de sexto del centro escolar. Justo al lado la secretaria provincial de Satse, María Alaminos, lo escuchaba con atención y compartía impresiones con el docente. «El tiempo ha acompañado y la feria ha ido mucho mejor de lo que esperábamos, porque no ha habido un momento en que no se estuvieran haciendo actividades», admitió. Durante estos últimos días ha rogado al cielo para que parase el levante mientras iba poniéndolo todo a punto. «Nos planteamos incluso no montar las carpas, porque se las íbamos a devolver volando a los compañeros de Madrid», decía sin ocultar la sonrisa.
Sobre la elección del centro, explicó que se invitó a estos alumnos porque son los que están más cerca de la ubicación de la feria y «no se podía asumir la organización de grandes grupos en una sola mañana». María se mostró sorprendida por la acogida que ha tenido esta celebración, especialmente entre los pequeños, que han mostrado la mejor predisposición en los talleres. «Sin duda, un día para repetir».