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Andalucía y el Estado que viene
Mientras se fragua la convocatoria de un nuevo proceso constituyente para reformar la Carta Magna y resolver el modelo territorial, Escuredo lanza un nuevo 'Pacto de Antequera' que evite la negociación bilateral Estado-Cataluña y promueva el consenso
SEVILLA. Actualizado: GuardarAndalucía se prepara para jugar sus cartas de cara a la discusión del nuevo modelo de Estado que se avecina. Comenzó tras la Diada de 2012, que abrió la caja de los truenos, cuando Griñán, como presidente de la Junta, impulsó el proyecto sobre el 'federalismo cooperativo' de la Fundación Perales. Pero a estas alturas parece evidente que tanto estas propuestas como el 'documento de Granada' que el PSOE aprobó en la capital andaluza, no han encontrado eco. En cambio, avanza la idea de abrir un proceso constituyente en el que se aborde a fondo la reforma de la Constitución del 78, e incluso Ramón Jáuregui, candidato a eurodiputado y ponente socialista de dicho documento, lo planteó abiertamente en Barcelona esta semana, incluyendo la disolución de las Cortes.
En este contexto, el expresidente de la Junta Rafael Escuredo ha anunciado que va a plantear un nuevo 'Pacto de Antequera', como el que lanzara Fernández Viagas en la pre-autonomía, para buscar un consenso en este momento crucial de reforma del Estado de las Autonomías.
Escuredo formuló su iniciativa al finalizar unas jornadas que reunieron en Jaén a destacados constitucionalistas, politólogos e historiadores, andaluces y catalanes, en torno a la idea de «Recomponer el modelo de Estado. ¿Del Estado Autonómico al Estado Federal?».
Concentración
El expresidente andaluz reflexionó en voz alta acerca de la situación: «Nadie compra la reforma de Granada», o sea el federalismo, así que en vez de «caer en la melancolía y la desilusión» plantea lanzar esta acción que a la vez que proporcione consenso evite que el Gobierno de España negocie con Cataluña de manera unilateral. «Hay que abrir un proceso constituyente en el que estén todos», afirmó. Piensa empezar por impulsar desde Andalucía un documento en el que participen todas las fuerzas sociales y políticas para que se aborde «cuando toque, ni con fecha ni sine die» una profunda reforma del Estado de las autonomías, «sin catalanofobia».
Convencido de que el «choque de trenes» va a llegar, puesto que Cataluña ha puesto fecha, el 9 de noviembre, para la consulta, Escuredo quiere buscar una salida «en positivo» que evite que los nacionalismos furiosos, catalán y español, «dinamiten la posibilidad de convivencia».
Escuredo dijo hablar desde su absoluta independencia, «no he cobrado un euro público desde que me fui y no me pueden parar», pero también desde la defensa del liderazgo de Susana Díaz, aunque matiza que esta iniciativa suya no se puede hacer desde ninguna sigla política: «La voz de Andalucía no es la del partido socialista ni de la Junta, hay otras voces», por lo que buscará un compromiso en clave «concentración», y «desde el sentido de la responsabilidad».
Fuentes del PSOE andaluz dijeron que la iniciativa de Escuredo es «una entre otras», y admitieron que el movimiento por el nuevo proceso constituyente está en marcha a muy alto nivel. Ese es el sentido profundo de las polémicas palabras de Felipe González que se han interpretado como una propuesta de coalición de Gobierno entre PP y PSOE. González está enunciando la necesidad de ambas fuerzas de sentarse a hablar de esta profunda reforma de la Carta Magna del 78.
Se trata pues de abrir un proceso para resolver tanto el problema territorial como las cuestiones pendientes de la Corona, la reforma del Senado o el blindaje de la educación y la sanidad públicas. Se planteará después de las europeas, pero con urgencia: a la vuelta de la esquina está la consulta catalana.
Volver a pactar
Los impulsores de esta idea sueñan con abrir un nuevo proceso como el del 78, que sea capaz de reconducir la situación con Cataluña, pero también convencidos de que hace falta revisar la Carta Magna. Como Javier Pérez Royo, catedrático de Derecho constitucional de la Universidad de Sevilla, defiende, es preciso volver a pactar el modelo de Estado porque la Constitución es anterior al desarrollo de las autonomías.
En el encuentro celebrado en Jaén esta semana, promovido por la Cátedra Rafael Escuredo, el Foro Andalucía a Debate y el Centro de Estudios Andaluces, catedráticos y profesores de Constitucional, de Ciencia Política, de Historia Contemporánea de universidades andaluzas y catalanas han pasado revista al estado de la cuestión. De los dos días de debates queda la idea expresada por Joan Subirats, catedrático de la Autónoma barcelonesa, de que la crisis catalana es una oportunidad de reconducir el Estado de las Autonomías, para replantearse qué hacer con un modelo que ha sido de éxito, en palabras de Xavier Arbós, catedrático de constitucional barcelonés, pero que ahora se encuentra «agónico», para Jaume Vernet, de la Rovira i Virgili.
Aunque varios de los ponentes, también el catedrático Joan Antón, piensan que Cataluña, o al menos buena parte de ella «ya se ha ido», también conceden que es posible aún evitar el desgarro. No sólo con un concierto como el vasco y navarro, que sería «un bálsamo», dijo Vernet, sino con una redefinición del reparto de competencias. Una reforma no para contentar a los catalanes, sino para resolver el problema.
Juan Cano Bueso, presidente del Consejo Consultivo, ofreció una alianza andaluza para esta empresa en la que a la comunidad le va mucho. También Arbós pensó que saldrá mejor si «empujamos todos desde abajo», si bien la épica del autonomismo andaluz, nuestro 28-F, el 4 de diciembre, la vía no etnicista o identitaria, les dice poco a los catalanes.
Las dos velocidades
A Andalucía no sólo le toca estar presente en el debate, en tanto que comunidad, sino que debe velar por que no se consagren las autonomías de dos velocidades, en medio de fuertes tentaciones recentralizadoras. Gerardo Ruiz-Rico, catedrático de Jaén, puso el dedo en la llaga: el modelo está en jaque mate, pero el principio de solidaridad y de igualdad es incompatible con cualquier privilegio. La igualdad es básica para el estado del bienestar, dijo Carmen Calvo, y ahí reside el «gazapo antidemocrático» que algunos detectan en este guirigay.
Será una larga lucha. Habrá que librarla, y como decía Escuredo, si en el proceso 'estatuyente' andaluz se pudo hacer, y forma parte de los activos de la comunidad y su «legado no prescribe», por qué no ahora. Vaya o no adelante la iniciativa del expresidente, el dilema está sobre la mesa.