La extraña historia de la municipal y el arma homicida
La agente, íntima amiga de Triana Martínez, entregó a los investigadores el martes por la noche el revólver usado en el asesinato
MADRIS. Actualizado: GuardarCaso resuelto, pero no del todo. La irrupción de la policía municipal de León Raquel Gago Rodríguez, de 41 años, en la investigación y sus sorprendentes explicaciones han dejado varios cabos sin atar. La agente, íntima amiga de Triana Martínez, se presentó el martes a las 22.20 horas en dependencias de la Policía Nacional para entregar el arma que acabó con la vida de Isabel Carrasco.
Allí, dentro de un paquete, entregó a los agentes el arma que durante 30 horas habían buscado sin descanso, incluso en el lecho del río Bernesga. Era el revólver de calibre 38 marca Taurus, modelo 32 HR magnum, de fabricación brasileña con el número de serie borrado. En el tambor del arma, de seis cartuchos, tres estaban ya percutidos.
Según la versión de Gago, que la Policía Nacional pone en cuarentena, a última hora de la tarde del martes encontró en el maletero de su coche, un Volkswagen Golf, un bolso bandolera dentro del cual halló el revólver. La agente aseguró que fue su amiga la que en algún momento entre el asesinato, a las 17.17 horas del lunes, y su detención, sobre las 17.30, dejó el revólver en su coche ya que tenía un juego de llaves de su vehículo.
La Policía, que en un principio detuvo a Raquel Gago, después de escuchar su versión la dejó en libertad con cargos y con aviso de que será citada en los próximos días como imputada por la juez que instruye el caso. Y es que los investigadores, sin llegar a desconfiar del todo de la versión de la municipal, barajan otras tesis. Entre ellas, la posibilidad de que Montserrat González tras disparar y rematar en el suelo a Carrasco con un tiro de gracia, le diera el revólver a su hija para separarse inmediatamente. En ese corto espacio de tiempo, y antes de su detención, Triana Martínez podría haberse citado con Gago para entregarle el arma.
Tickets de la ORA
Esta última tesis, insisten los agentes, no está comprobada, pero sí hay un hecho que la avalaría. El día del asesinato, Triana Martínez aparcó su deportivo Mercedes, con el que pretendía huir junto a su madre, muy cerca del Golf de la policial local, en las inmediaciones de la Gran Vía de San Marcos. Los tickets de la zona azul (ORA) de los dos coches demuestran que estuvieron a la misma hora y por un espacio de tiempo muy parecido estacionados en ese lugar.
Sea como fuere, el martes la policía municipal se presentó en su trabajo con normalidad. Es más, participó en el dispositivo de seguridad del velatorio de la presidenta de la Diputación en el Palacio de los Guzmanes, sede de la institución.
Ayer, tras quedar en libertad, se incorporó también con normalidad a su puesto de trabajo. No obstante, sus superiores, con los que mantuvo una reunión de urgencia hasta primera hora de la tarde, le recomendaron que se tomara unos días libres hasta que se aclare su papel en este caso. Un ofrecimiento que Gago, visiblemente consternada por su imputación, aceptó sin dudar.
La implicación en este caso de la funcionaria local ha provocado una verdadera conmoción en la Policía Local de León, donde la agente, con una hoja de servicios impoluta, venía ejerciendo desde hace años como policía de barrio. La mayoría de la plantilla de la Policía Local ha conocido de implicación de su compañera cuando los medios de comunicación anunciaron que Gago había entregado a los investigadores el supuesto revólver homicida, supuesto porque aún están pendientes de realizarse las pruebas de balística que confirmen que fue la usada para asesinar a Carrasco, aunque los agentes no dudan de que será así.